Capítulo 2: Demonios en la escuela

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El temporal de lluvias que azotó la ciudad durante unos pocos días había pasado ya y los cerezos volvían a ser el elemento principal de la primavera, sin embargo, la lluvia había dejado su marca personal encima de las hojas formando un hermoso rocío. Este rocío también estaba presente en las telarañas cuidadosamente tejidas. Las pequeñas gotas de agua adornaban este tejido blanco creando una escena verdaderamente hermosa, casi como si las arañas hubieran depositado el rocío ahí a propósito.

- Rui.

Una mano se estiró hacia la telaraña tejida en uno de los árboles de su jardín.

- Rui.

A punto de tocar la telaraña, su mano se apartó cuando la araña volvió a su trampa personal en busca de algún insecto que hubiera picado, pero ahí no había nada.

- Rui, oye, Rui – una mujer salió hacia el patio de su casa y suspiró al ver a su hijo tan concentrado en mirar las musarañas – Rui, vas a llegar tarde a clase.

- ¿Mm? – el niño por fin se dio por aludido y giró su rostro en busca del de su madre. Sus cabellos azabaches se asemejaban al cuerpo de una araña y sus ojos azules que deberían verse llenos de vida debido a su juventud, se veían extrañamente vacíos.

- ¿Qué hacías?

- Nada – miró una última vez la telaraña y se alejó de allí cogiendo la mochila que había dejado en el suelo para ponérsela en la espalda.

- Rui, no te entretengas cuando vuelvas a casa. Tenemos que hablar de algo importante.

- Sí – respondió sin ningún rastro de ilusión en su rostro. Ya sabía de lo que tenía que hablar su madre con él, sus padres habían empezado hace poco el proceso de divorcio y era importante saber quién se iba a quedar con su custodia. Por supuesto, a ambos le importaba la opinión de Rui sobre con quién quedarse, pero lo que él de verdad quería era que no se separan.

La madre de Rui se preocupó por la actitud de su hijo así que intentó sonreírle.

- Rui, ¿qué te gustaría cenar hoy? Podemos cenar lo que tú quieras.

- Me da igual.

- Rui...

- Adiós – salió de su casa y emprendió su camino hacia la escuela.

Los lazos que unen a una familia son ridículamente fáciles de romper.

- ¿Tu club se salvó? – preguntó Nezuko feliz en la entrada de la escuela – Que bien

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- ¿Tu club se salvó? – preguntó Nezuko feliz en la entrada de la escuela – Que bien.

- Sí, aunque fue todo gracias al senpai de segundo.

- ¿Senpai?

- Sí, To... - se distrajo en seguida cuando vio a Genya pasar – Nezuko, nos vemos luego – se despidió de su hermana y fue detrás del chico - ¡Genya!

Club de Investigación de Demonios [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora