Capítulo 37: Se levanta el telón

1.8K 143 809
                                    

Pocas veces se ponía tan nerviosa como estaba ahora mismo y no era para menos. Después de finalizar el mensaje en aquella carta, la dobló cuidadosamente y la metió dentro de un bonito sobre color rosa pastel, sellando el contenido con una pequeña pero adorable pegatina con forma de corazón.

Acercó el sobre a sus labios temblorosos. Estaba a salvo en su casa, pero eso no contribuía a calmar sus nervios. Terminó depositando la carta con sus sentimientos más profundos en la mesa frente a ella, pensando si hacer aquello era de verdad lo más correcto o no, pero echarse atrás después del esfuerzo que puso en la carta no tendría sentido.

Sí, tenía que ser positiva. Confiar en que sus sentimientos, aunque no llegasen a ser correspondidos, al menos le alcanzarían. Estiró el brazo hacia el bote con lápices de su escritorio y se hizo con un bolígrafo de punta fina para que la escritura quedase refinada. Aun nerviosa, quitó la tapa y presionó la punta contra el sobre, escribiendo el nombre del destinatario de sus sentimientos.

"Tomioka Giyuu"

Nezuko suspiró satisfecha al acabar, rematando con su nombre también en el sobre para que Giyuu supiese quién era el remitente.

- Bien... mañana lo haré. 

Cuando terminó la carta ayer y puso el nombre de Giyuu se sintió bastante satisfecha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando terminó la carta ayer y puso el nombre de Giyuu se sintió bastante satisfecha. Tanto que deseó que ojalá eso hubiese sido todo, pero las cartas de amor no tienen sentido si no son enviadas, por lo que cuando llegó el día siguiente y tuvo que cargar con la carta en su mochila, los nervios se montaron en su espalda desde que sonó el despertador y llegaron hasta lo profundo de su corazón durante todo el trayecto a la escuela.

No le dijo nada a su hermano de la carta y eso la ponía más nerviosa todavía, pero es que aunque se engañase mentalmente diciendo que seguro que sí que sí se la entrega, no quería que al final la cobardía de último momento no la dejase y hubiese avisado a su hermano para nada.

El tiempo pasó lento y se volvió interminable. A la hora del almuerzo casi no pegó bocado y cada dos por tres sus ojos viajaban a su móvil para comprobar la hora. En la última clase fue cuando más consiguió desconectar, pero escuchar el timbre al final la devolvió a la realidad, arrojándola de nuevo sus nervios sin previo aviso.

Unas compañeras de clase se la intentaron acercar, pero ella se excusó con que tenía algo importante que hacer y salió corriendo por los pasillos nada más abandonar el aula. La gente se marchaba ya a casa o a sus clubs, murmuraban y hacían ruido, pero los oídos de Nezuko podían escuchar poco más que no fuesen los latidos de su corazón.

Al llegar al aula de Giyuu, dejó de correr, presionando su carta contra su pecho y repitiéndose a sí misma que podía hacerlo.

Quería a Giyuu y quería decírselo.

Algo tímida se adentró al aula, sintiéndose diminuta ante tanta gente de preparatoria, pero como su objetivo estaba claro, decidió ignorar las miradas y buscar a Giyuu. No debía ser difícil, pues sus ojos azules siempre la habían permitido distinguirlo entre las multitudes, pero parece que hoy no fue así.

Club de Investigación de Demonios [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora