Capítulo 22: Un lugar al que pertenecer

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El despertador se coló en su sueño y sus ojos azules se abrieron con fastidio. Más dormida que despierta, Tsutako estiró el brazo y apagó de un manotazo el molesto aparato. Se prometió a si misma que 5 minutitos más, terrible error ese. Los 5 minutos se convirtieron en 50 y cuando se dio cuenta de aquello, se levantó de un salto de la cama y con sus pelos apuntando a todos lados como si acabara de recibir un rayo salió agobiada de su habitación.

- ¡Waaaaaaa! ¡¡Giyuuuuuuuuuuu, me dormí!! - se tropezó con sus propios pies y acabó contra el suelo, pero haber caído en la trampa de los 5 minutos no era suficiente para acabar con ella así que como si fuese una heroína recomponiéndose después de haber sido atacada por un villano, volvió a ponerse de pie – N-no temas, Giyuu, me dormí, el desayuno está sin hacer y tu ropa sin lavar, ¡¡pero tu onee-chan no será derrotada por tan poco!! - se mintió a si misma al mismo tiempo que comenzaba a llorar desconsolada - ¡WAAAAAAAAAAAAAA! ¡¿QUÉ HARÉ?! ¡NO, NO! ¡NO ME VENCERÁN! - batalló consigo misma y se dio un par de palmadas en las mejillas – No temas, Giyuu. ¡Yo cuidaré de ti!

La chica miró a su alrededor, ¿qué problema atendía primero? ¿El desayuno? ¿El uniforme de Giyuu? ¿El despertar a su hermano? Se decidió por la ropa así que buscó desesperada alguna prenda de ropa que pudiera hacerse pasar como parte del uniforme escolar. En toda la casa solo encontró una corbata verde, tenía... ciertos estampados pero le valdría.

- ¡¡¡¡Giyuuuuuuuuuuuuuu!!!! - se adentró en la habitación de su hermano al borde del colapso nervioso, pero aun así algo positiva - ¡Se me olvidó lavar la ropa! ¡Pero no temas! Tienes una maravillosa onee-chan que no se dará por vencida, ¡encontré una corbata verde para sustituir a la del uniforme! - la estiró para poder mostrársela - ¡Tiene estampados de la cara de Shrek pero no pasará nada mientras sea del mismo color! ¡No romperás ninguna norma de vestimenta, te lo prometo! ¡Waaaaaaaa! ¡Giyuuuuuuuu, lo siento mu...!

- ¿Por qué armas tanto jaleo a estas horas de la mañana?

- ¿Eh?

Tsutako pestañeó un par de veces, consiguiendo desprenderse de un par de legañas y viendo mejor como su hermano estaba arreglándose frente al espejo, con su revoltosa melena recogida en su usual coleta y vistiendo el uniforme. Solo le faltaba hacerse el nudo de la corbata, una corbata verde, sin estampados de personajes de Dreamworks como la que sostenía su hermana.

- ¿Cómo...?

- Ayer llegaste cansada, así que yo puse la lavadora. He escuchado tu despertador y siendo lunes, era evidente que iba a pasar lo de los 5 minutos, así que me he levantado y he preparado el desayuno. Yo ya me he tomado el mío, el tuyo está en la mesa.

- Ah... esto... gracias.

La verdad es que se quedó sin palabras. Hacía mucho que no veía a Giyuu tan... despierto. Siempre era más como un robot que hacía lo que hacía porque estaba programado. Cosas como poner la lavadora o hacer el desayuno estaban fuera de sus comandos y eran una especia de obligación que Tsutako se había impuesto a ella misma así que en realidad ver a Giyuu realizar esas tareas era toda una sorpresa.

- Eh... pe-perdón por entrar sin llamar.

- No pasa nada.

Aunque no había nada más que decir, Tsutako no se marchó. Se quedó viendo como su hermano presentaba dificultades con el nudo de la corbata. ¿Ese era de verdad Giyuu? Se le veía algo distinto esta mañana.

- Hmm... ¿todo bien?

- Sí, ¿por?

- Es que... - dejó apartada la corbata de Shrek y se plantó al lado de Giyuu para poder hacerle un nudo en condiciones – No sé, cosas mías. Ya está - al terminar el nudo, palmeó con suavidad su pecho, orgullosa de lo bien que le quedaba a su hermano el uniforme - Maldición, con lo guapo que es mi Giyuu, ¿cómo es que Tanji no anda loquito de amor por ti?

Club de Investigación de Demonios [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora