vulcanologa 3

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Embajada

LARA

Las chicas se fueron a dar rienda suelta a su amor y la cara que puso Carol no tenía precio, quiero a esa chica trabajando conmigo y para recibir primero hay que dar, me acerque a Carol para tener una conversación civilizada con ella.

Carol- ¡Voy a despedir a esa mocosa que se ha acrecido, con las veces queme ha rechazado además como geóloga no vale nada!

Yo- Pues me viene de perlas porque quiero contratarla, y siento llevarte la contraria, pero será una vulcanóloga muy buena mejor de lo que lo fue su padre, lo que pasa es que como él no está dispuesta a tapar tus chanchullos.

Carol- ¿Lara deja de buscarme las cosquillas de una vez!, ¡que te hace pensar que te llevaras a Aizea contigo?

Yo- Aquí tengo las pruebas que incriminarían a tu empresa en el desastre que dejo mi reputación por los suelos.

Carol- ¿Me las vas a dar así sin más?

Yo- Si, con la condición que me permitas llevarme a Aizea conmigo y sin ninguna represalia contra ella, ¿tenemos un trato?

Carol me sonrió, era mala como ella sola, pero savia oler un buen negocio y este lo era, con mis pruebas podría haberla metido en la cárcel, pero prefería otro gran fichaje como Nerea trabajando para mí.

Carol- Tenemos un trato, (con una sonrisa de victoria), mañana mismo os enviaré los papeles para que firme el finiquito, gracias por ser tan estúpida.

Carol se estaba yendo riéndose a mandíbula partida, yo también sonreía no solo fue Nerea la única que prometió a Aitor que cuidaríamos de su hija, la idea era haberlas contratado a las dos y que estas trabajaran con Aitor hasta coger experiencia, y después serian el equipo perfecto, con lo que amaban se cuidarían la una a la otra y por lo que parecía eran de nuestro mismo pensamiento, primero las vidas humanas después el dinero.

Pero la muerte de Aitor trastoco los planes y el dolor separo la pareja alojando a Aizea al, pero de los destinos esa petrolera del demonio, pero por lo molesta que parecía Carol Aizea no se dejaba sobornar, ese dato me alegro muchísimo.

Llame al chofer para que me viniera a buscar, ya no teníamos nada que hacer allí, busque a Filippo que estuvo observando la conversación todo el tiempo.

Filippo- ¿La tenemos?

Yo- Así es, igualita a su padre.

Mi marido sonrió y me cogió de la cintura me parece que íbamos a tener una noche movidita.

Habitación de Nerea

NEREA

Me desperté y allí tenía a Aizea, dormía placidamente y con una cara de angelito que daban ganas de achucharla, tenía miedo que nuestros trabajos nos separaran otra vez, La petrolera donde trabajaba Aizea no era trigo limpio y parecía que utilizaban a Aizea para tapar sus chanchullos, esperaba que no terminara en la cárcel o algo peor.

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