Oveja negra, oveja sucia

Vestigio

No se oye ninguna voz en el patio poco iluminado, sólo los graznidos de la alondra y el susurro de los farolillos de papel que se agitan con el viento. Dos hombres están de pie en el camino del jardín de piedra, ambos fijan su mirada en la figura de blanco, oscurecida y a la vez bien delineada contra la oscuridad.

Yue Qi contiene la respiración, deseando que la figura se disipe en la noche, lejos de los ojos de Luo Binghe. Y, sin embargo, el rostro permanece, más tangible que la ilusión, un observador distante en una historia que él mismo incitó. Un personaje de una tragedia que hace tiempo que terminó, pero el actor no se ha retirado, sigue en el escenario como un accesorio descartado.

A su lado, Luo Binghe permanece inquietantemente inmóvil, con la media sonrisa de cortesía que lucía antes todavía congelada en su rostro. Yue Qi mira de reojo, con el corazón casi saliéndole de la garganta al ver a Luo Binghe observar al fantasma del hombre que mató.

Shen Jiu mantiene su mirada hacia las figuras que se encuentran en el patio débilmente iluminado. Incluso parcialmente oculto por las barandillas talladas, sabe que su posición ha sido descubierta. Desplazando su peso, su mano se agarra a los barrotes estampados de la barandilla. Como si saliera de su trance, los dos pares de ojos que están abajo le miran directamente con expresiones contrastadas. Pavor, inquietud y una calma fuera de lugar.

Poco a poco, la inquietante placidez de la cara de Luo Binghe se convierte en una sonrisa y su boca se curva.

Antes de que nadie tenga la oportunidad de reaccionar, Luo Binghe ha saltado por el patio como una ráfaga de viento. En un abrir y cerrar de ojos, está saltando desde la barandilla, con la sonrisa aún dibujada en su rostro mientras se acerca despreocupadamente a Shen Jiu. Así, de pie sobre él, el juego de colores que cae sobre el rostro de Luo Binghe, el brillo de la linterna encendida, Shen Jiu no puede evitar pensar en una deidad vengativa, todopoderosa y cruel, que mira hacia abajo para hacer añicos a sus enemigos.
 
Sentado inmóvil en el suelo, Shen Jiu no se molesta en intentar huir. Su pierna se durmió hace algún tiempo e incluso caminar hasta aquí era bastante molesto. Su curiosidad ganó entonces y decidió seguir a Luo Binghe y, en su lugar, se sentó en primera fila para asistir a una conversación que nunca antes habría soñado. El futuro. Al menos un futuro que podría ser, un futuro sombrío e implacable que ahora sabe que debe temer.

Qi-ge. Qi-ge murió por "su" bien. ¿Debería ser feliz? Debería y sin embargo no podía. "Él" murió con ese conocimiento, que Qi-ge moriría por él y que inadvertidamente mató a Qi-ge. Un final apropiado. Su otro yo debería estar extasiado, su otro yo debería ser miserable. Y sin embargo, de alguna manera, él no quiere ser esa persona.

Y ahí está esta persona. Luo Binghe se detiene ante él y mira hacia abajo. Qué extraño, Shen Jiu no puede leer la expresión de esta persona en este momento. ¿Dónde está la sorpresa? ¿La insatisfacción? Pensó que Luo Binghe estaría al menos asustado y enfadado. ¿Empezará a tratarlo como su otro yo ahora?

"¿No tienes frío así?" En contra de todas las expectativas de Shen Jiu, Luo Binghe se agacha para encontrarse con sus ojos, estirando la mano para tirar de la tela, las manchas oscuras que se filtran de las hebras húmedas que se aferran a su espalda. La mano es cálida contra su piel fría; Luo Binghe se siente como humano. "No sabía que te gustaba espiar a la gente, caramba".

Qué. "Qué".

Oh. Oh, joder, maldita sea. Él es el que ha sido engañado esta vez.

"¿Volvemos?" Luo Binghe extiende la mano para tirar de ambos, levantando el brazo para desplazar el peso de Shen Jiu y disminuir la tensión en la pierna vendada. Abajo, en el patio, Yue Qingyuan mira en su dirección con expresión de asombro. Luo Binghe se había asegurado de que sólo ellos dos pudieran escuchar lo que decía. No es tan amable como para dejar que Yue Qingyuan se desentienda todavía y prefiere dejar que se consuma en el temor durante más tiempo.