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— Fue mucho gusto conocerte Josephine — Me rio por la forma en la que Harper hablaba, como si ya fuera toda una Señorita pero mal.

— El gusto fue mío Harper, te debo una salida solo de chichas ¿va? — ella asiente sonriendo. Después de un adiós Hero cierra la puerta de su coche para acompañarme al mío el cual está en la contra esquina.

— Se lo tomó bien — Dice.

— Si creí que sería peor, es una niña preciosa Hero — le digo sincera el sonríe asintiendo. — Aunque yo no soy una rubia oxigenada

El suelta una carcajada y me cruzó de brazos —: Es increíble que le diga algo así a su hija de tres años Hero

— Creo que Keyla nunca madurara

— Si ya me di cuenta — Me rio y le doy un pequeño beso, volteo a donde se encuentra Harper y la veo mover sus peluches. — Debo irme y tu también, maneja con cuidado

Me toma de la cintura dándome otro beso un poco más alargado y susurra —: Y tu — asiento y me adentro al coche, prácticamente salimos al mismo tiempo del estacionamiento girando contrariamente.

Sonrió pensando en la pequeña de Hero su mirada inocente. Una réplica de él.

(...)

— Es una nena muy linda — digo checando mis redes sociales mientras Dakota se pinta las uñas.

— ¿No se parece a la mamá?

— No — Me rio —Es igualita a Hero, es como si lo vieras en miniatura y en niña

— Oww que lindo — el olor a esmalte me llega muy fuerte haciendo que comience a dolerme la cabeza y sienta la sensación en mi garganta como si estuviera tomándolo y corro al baño cuando siento las arcadas venir.

Salgo del baño amarrando mi cabello en una colota en lo que Dakota me ve rara.

— ¿Qué te paso?

— Creo que el esmalte me hizo vomitar

— ¿Pero como? Nunca antes te había pasado

— Bueno ahora si por favor pintate tus uñas en tu habitación o en el baño — abro la puerta del balcón para sentir el aire fresco, me siento en la pequeña amaca que había ahí y pasan unos minutos hasta que veo a Dakota sentarse a mi lado.

Con sus uñas ya pintadas y secas, es ese momento en que me imagino comiendo unos nachos con queso y se me hace agua en la boca.

— Dakota — ronronea dándome a entender que me escucha mientras tiene los ojos cerrados. — Quiero unos nachos — ella me mira confundida. — Con queso

— Pero Josephine a ti no te gustan los nachos y menos con queso

— Ya se pero se me antojaron

— Oye Jo, no me lo tomes a mal pero deberías considerar lo que te dijo tu suegra

— ¿Qué cosa?

— Un embarazo — se va dejándome pensando.

Si soy sincera nunca había pensado en un embarazo, es que yo me cuido cada que estoy con Hero.

Niego disparciendo mis pensamientos. Un embarazo no era posible, yo estaba segura que tenía otra cosa.

(...)

— Mira Josephine — Harper me traía casi arrastrando por el centro comercial. Su mamá venía atrás de nosotras y no venía muy feliz que digamos.

— Espera Harper — digo deteniendome en una banca para sentarme un poco cansada y mareada. Había pasado una semana desde que la conocí.

— ¿Te sientes bien Josephine? —Keyla me mira preocupada.

— Si solo me sentí mareada un poco

Ella asiente y le digo que vallamos a comer, ella asiente tomándo de la mano a Harper que había estado un poco inquieta.

Pedimos una ensalada dulce y carne asada, Harper come un hot dog con papás.

— Gracias Josephine — volteo a ver a Keyla confundida.

— ¿A mi? — asiente. — ¿Por qué?

Ella suspira dejando su tenedor de lado para entrelazar su mano y mirarme.

— Mi hija me dijo que eres alguien muy linda y que te has portado muy bien, además de que pareces una muñeca por lo linda que eres eso último lo dudo pero... — Me rio fulminante. — Se que no cualquiera haría eso por la hija de otra con su novio — voltea a ver a Harper que juega con otras dos niñas de su edad.

— Yo no tengo problemas con tu hija además es una niña encantadora así que no tienes que agradecer nada — sonrió y terminó la ensalada.

Comienzo a respirar pesadamente al sentir que me falta el aire, me abanico con la mano, el dolor en el estómago comienza y siento mi garganta quemar.

— Josephine ¿estas bien? — le niego en respuesta a Keyla, ella se levanta alarmada toma su teléfono y marca un número en lo que ella también me abanica.

Me siento desfallecer y lo último que escucho es a Keyla gritar un auxilio antes de desmayarme.

Oh oh
VOTEN, VOTEN, VOTEN

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