El maravilloso matrimonio de los Lee ha pasado por muchas cosas desde que se conocieron, demasiadas subidas y bajadas que fortalecía cada vez su matrimonio, pero ¿qué pasará si después de un año de su última actualización de perfiles, ya no es lo mi...
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Cb97
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JiSung deslizó sus uñas por la amplia espalda del mayor con fuerza cuando esté empujó sus caderas con presision contra su cuerpo, entrando y saliendo con una fuerza descomunal para la sensibilidad que embriaga el cuerpo ajeno. Sus dedos ejerciendo fuerza sobre la cama para no aplastarlo por completo mientras volvía hacer el amor por tercera vez a su lindo esposo.
Habían llegado a Los Ángeles unos días atrás, y desde entonces no se les ocurrió mejor cosa que hacer, que tener sexo todos los días, en todos lados. JiSung ni siquiera se estaba quejando o pidiendo tregua de nada. Necesitaba eso. Había lloriqueado por ello todo lo que duró el vuelo de Corea a Los Ángeles. MinHo, de igual forma, no se lo iba a negar.
-¡Honnie! - chillo mordiendo el cuello del mayor cuando MinHo se enterró en él tan desesperado. Tan fuerte, duro y doloroso. Sus piernas ya tamblaban y su entrada estaba tan estimulada que no necesitaba más lubricante que el propio. Ni siquiera la saliva de la lengua de su esposo. - ¡Ah! Dios, que bueno eres, Honnie...
MinHo sonrió mordiendo uno de los botones del más bajo, para luego jugar con en el tan necesitado orgasmo de este. Moviendo su pulgar por la cabeza del pene de JiSung como si este no fuese sensible a sus caricias. Deslizó sus dedos por toda la ereccion con calma, nada parecido a la fuerza con la que embestia a su esposo y que hacía a la cama sonar contra la pared. Ni siquiera a la que el cuerpo de JiSung estaba experimentando.
