El dolor se ha convertido en la máxima expresión del ser humano. Es la única emoción que puede quemar profundamente las capas de la piel para plasmarse en cada una de las líneas de expresión. El sufrimiento no discrimina, no huye y tampoco considera. Es un puente de unión y de indiferencia. Se lee fácilmente entre los párpados y se desliza suavemente entre las lágrimas. Es lo único capaz de despertar conmoción y generosidad. En las religiones se asocia la felicidad con la "liviandad del ser", es por eso que la tristeza adquiere un peso inmaterial entre el pecho, se transforma y se traslada sin considerar la movilidad. La guerra ha sido la principal aliada de ese sentimiento, difundiendo por cada una de sus calles y edificios el letal veneno del sufrimiento.
A veces los días pasan sin sentido. Cada hora y cada segundo traen consigo un misterio que resolver y una herida que sanar...
—Dijo que vendría a encargarse— se escuchó desde lejos.
— ¡¿Por qué tiene que encargarse el?! Por algo estas tu aquí imbécil.
— Vete a la mierda, Chuck, eres tú quien manda a la gente a hacer tu trabajo.
— Padre. ¿Pasa algo? — pregunté asustada.
— Ella es... ¿Aitana? — Aquella figura corpulenta plantada en la sala del que alguna vez fue mi hogar se dirigía a mi. Hombre que parecía salido de las películas en blanco y negro de ya algunos años atrás. Sus ojos grises transmitieron asombro y de alguna manera crueldad al mirarme. Sus palabras causaron en mi un escalofrío sofocador.
—Si, soy yo. ¿Quién es usted y qué hace aquí?— No podía evitar sentir la mirada de mi padre al decir esas palabras que salieron fuertes de mi boca.
—Ya me iba. Fue un placer verte— expresó respetuoso y luego salió.
—¿Qué fue ese escándalo?— pregunté nuevamente.
—Asuntos que no te interesan— el rechazo y la amargura hablo por el.
— Que solo estoy preocupada, Entiéndelo.
—Alejate de esto— pidió frío y distante.
¿Cómo tentar al alma? Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida. A veces lo que nos lleva a cometer errores en nuestra vida, es la curiosa e intrigante emoción de saber como se siente romper las reglas. Así sea un momento nada más.
—En la profundidad de la mentira siempre hay algo perverso—pensé en voz alta mientras mi padre desaparecía de la sala.
En aquél momento, no podía mantenerme estática. Una sensación extraña se sumaba. Mis manos no podían estar tranquilas, así que no di más rodeos y salí tras el. Sus pasos eran rápidos, y yo torpe al caminar. La calle se encontraba llena de gente que iba y venía, pero mi vista se encontraba fija en el. Corrí al ver que las personas comenzaban a acumular espacio y mi vista lo lograba localizarlo. De repente se detuvo en seco. Se escuchó su respiración, apretó sus manos con furia como si supiera que estaba atrás de el. Dio pasos, despacio, sin siquiera voltearse. Se escuchó quizás los latidos de mi corazón que iba muy rápido. Su mirada se dirigió directo a donde se suponía que me encontraba. Esa esquina que se encontraba vacía luego de todo el caos de gente. Miró el cielo que no se encontraba exactamente como regorde. Estaba nublado y grisáceo con probabilidades de lluvia. Brisa fría e incontrolable. Y aún lado, detrás de un arbusto... Se encuentraba una Aitana con la respiración a mil y la curiosidad por las nubes. Inspeccionó con su mirada cada rincon de aquel lugar. No satisfecho, dio algunos pasos. Se detuvo al lado de él arbusto. Miró su reloj impaciente. Por otro lado mis fosas nasales exigían producir una expulsión repentina y brusca de aire de los pulmones a través de la nariz y boca. En pocas palabras un estornudo. Aquel clima no me deja tranquila y mi nariz haría que me descubrieran...
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F R A G M E N T A D O (en curso)
Sonstiges¿Cómo puede ser que lo que un día era luz hoy sea sombra? Es preciso partir de ahí: así somos. No somos geometría. El ser humano no está constituido de líneas rectas. Más bien lo veo como un nudo repulsivo y asqueroso que debemos deshacer con el tie...