Bajo el cielo todos pueden ver la belleza sólo porque también hay fealdad. Todos pueden conocer la bondad sólo porque también hay maldad. Ser y no ser, tener y no tener van de la mano. La luz y la sombra se contrastan entre ambas. El calor y el frío climatizan entre ambos. Lo alto y lo bajo descansan sobre ambos. Al frente y atrás se siguen entre ambos. Por lo tanto, ser sabio significa observar todo sin reaccionar a nada. Las cosas aparecen y desaparecen sin cesar... Esa es la naturaleza de la realidad.
—He visto a piedras con más gracia que tu rostro—su cuerpo escultural encontraba recostado en una de las paredes de el baño. Su sonrisa expresaba satisfacción al verme de esa manera y sus ojos tenía una chispa inexplicable. Aquellas palabras me causaron gracia. Reí irónica. No podía dejar de verme al espejo.
—Se supone que no tienes permitido estar aquí, Hares—Teniendo el claro propósito de decir su nombre mal. No sentí que de verdad el puesto de enfermero le quedaba.
—Es Hades. Puedo estar donde quiera —Sus pasos fueron rápidos al llegar a donde me encontraba. Se posicionó a mi lado y siguió admirandome. Dí un paso al frente haciendo que nuestras miradas chocaran. Me acerque un poco más...
—Que tengas linda tarde—Dí media vuelta haciendo que mi cabello diera un sutil golpe a su cara y salí de el baño con una sonrisa triunfadora.
— Está todo en orden. Trate de no tener más golpes—habló sincero el doctor. Le agradecí y me esfume de ese lugar.
Mis pasos eran rápidos. Estaba oscuro y necesitaba llegar a casa. Luego fueron reduciendo su velocidad al recordar lo que pasaría si llegaba. Mis pasos pararon y quede en blanco. Me encontraba en un parque donde los niños corrían con sus padres y tenían sonrisas relucientes. Descansé en uno de los bancos que se encontraban ahí, con árboles alrededor y vista a los columpios.
¿A dónde vas cuando no hay a donde ir?
—¡Maldición!—dije con desesperación.
Estuve ahí hasta tarde admirando los autos ir y venir. Escuchando las risas de los niños. Viendo el bailar de las hojas de los árboles que a su vez caían lentamente. Luego de un buen tiempo. Me decidí. Firme a mi decisión me encamine en medio de aquella noche estrellada con la mirada fija en llegar a salvo. Pero una inquietud nacía en mi. Ese presentimiento que dice que algo está mal. No estaba sola. La noche pasaba tranquila mientras caminaba, sin mencionar todas las veces que me detuve a ver si de verdad nadie me seguía. Ya cerca de casa. Sentí los pasos de alguien atrás de mi. Visualice la escena en la que me encontraba. Un hombre con una larga chaqueta de un color que no se reconocía bien, era entre negro o marrón con un sombrero que resaltaba. Detrás de mí se encontraba un auto que bajaba de velocidad poco a poco. A pocas calles se encontraba el departamento de mi padre. Al llegar a un punto en el que el auto se detuvo a mi lado, la figura extraña de el hombre corriera para alcanzarme, no lo dude y corri. Cruzando la calle sin mirar si me llevaba algún automóvil. Esquivando gente y postes. Pero nada los detuvo. Desesperada llegué a el departamento sacando las llaves para abrir el portón para acceder a la zona segura. La primera llave no encajaba... Ni la segunda, tercera y mucho menos la cuarta. Entre en un estado completo de desesperación al ver que el auto se estaciono , de él bajaron cinco personas enmascarados. Cargadas y al parecer con disgusto. Pero claro. Esto lo veía ya dentro de el edificio. Me deslice en el ascensor cayendo al suelo, tratando de recuperar nuevamente la respiración. El ascensor se detuvo en el piso donde tenía que quedarme. Salí de él temblorosa y al llegar a la puerta de el departamento encaje la llave para acceder a el departamento sin dar muchos rodeos.
—Buenas noches— Dije cerrando la puerta detrás de mí. Como era costumbre se encantaba con sus amigos entre alcohol, marihuana y quien sabe que otra cosa. No me miro pero si pude notar su disgusto. Hice mi cena y me dispuse a encerrarme en mi habitación.
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F R A G M E N T A D O (en curso)
Diversos¿Cómo puede ser que lo que un día era luz hoy sea sombra? Es preciso partir de ahí: así somos. No somos geometría. El ser humano no está constituido de líneas rectas. Más bien lo veo como un nudo repulsivo y asqueroso que debemos deshacer con el tie...