Animaniacs AU: Princess Angelina Salazar [Traducción]

Capitulo 7: Padre sabe mejor

Resumen:
Un capítulo centrado en Dot y Salazar que revela cómo él la influyó para que se volviera como él.

TW: hay una escena de abuso emocional.

Corromper a una niña no fue tan fácil como Salazar pensó que sería.

Incluso a una edad temprana, Dot mostró inocencia y empatía. Nunca fue grosera con la ayuda, siempre parecía de buen humor y se despertaba todas las mañanas con una sonrisa en su lindo rostro. Demonios, Salazar tuvo que presenciar, con sus propios ojos, cómo Dot rescataba a un gusano para que no lo pisaran.

("Angelina, ¿por qué recogiste ese gusano?"

"¡Estaba a punto de ser pisado!"

"¿Asi que?"

"¿Y si tiene una familia?"

".....¿estás bromeando no?

"¿Por qué habría?"

"Porque los gusanos están tan por debajo de nosotros como los campesinos, no vale la pena rescatarlos. La próxima vez que veas uno, aplástalo ".

"Lo siento, papá ..."

"Y no me llames 'papá', te referirías a mí como 'señor'"

"Sí, señor.")

Dot también aprendió por las malas que si desobedecía a Salazar, él la castigaría encerrándola en una de las torres del castillo, sin ventanas y con una sola puerta que se cerraba por fuera.

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Todo comenzó cuando un día, ella cuestionó la autoridad de Salazar con respecto a sobrecargar a los ciudadanos de Acme Falls.

Salazar le había agarrado bruscamente del brazo y la había arrastrado escaleras arriba, todo mientras ella lloraba y suplicaba por su perdón.

Finalmente, llegaron a una puerta que Dot nunca había visto, y antes de que pudiera hacer preguntas, Salazar la empujó adentro y cerró la puerta, dejando a Dot sola en la oscuridad.

"Puede salir cuando haya aprendido la lección" Salazar dijo con frialdad, su voz una furia tranquila.

Dot gritó y golpeó la puerta con los puños, suplicando a Salazar que la dejara salir, pero él ya se había ido cuando ella se agotó.

No estaba segura de cuánto tiempo había estado atrapada en la habitación, podrían haber sido minutos, horas, probablemente incluso todo el día.

La pobre Dot estaba asustada, sola y hambrienta mientras esperaba en la oscuridad.

Justo cuando estaba a punto de aceptar que Salazar se había olvidado de ella y que moriría de aíslamiento, escuchó una llave en la cerradura y la puerta se abrió, casi cegándola de luz.

Allí estaba Salazar, con las manos detrás de la espalda y el rostro de piedra, como si no sintiera ningún remordimiento por encerrar a un niño en una torre.

Dot se arrastró débilmente hacia él y se arrodilló a sus pies, con la cabeza inclinada para ocultar sus lágrimas.

"Lo siento, señor, nunca más lo desobedeceré"

"Disculpa aceptada, Angelina."

Aliviada, Dot se puso de pie y lo agarró con las manos, deseando que lo levantaran, solo para que lo ignoraran.

"¿Ves lo que pasa cuando me haces enojar, Angelina? No me gusta ser el malo, pero a veces no me dejas elegir. ¿Y de quién es la culpa?

Dot suspiró, "Mío, señor".

"No te castigo por ser malo, sino porque te lo mereces. Ahora, ¿prometes ser una buena chica y nunca volver a cuestionar mi autoridad?"

"Lo prometo, señor."

Luego le dio unas palmaditas en la cabeza en señal de aprobación, y Dot hizo la promesa de que no quería volver a ver esa torre nunca más.

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Así pasaron los años y, a medida que pasaba el tiempo, Dot poco a poco comenzó a perder su amabilidad, apareciendo para ser tan cruel como Salazar.

Su miedo se convirtió en ira, y arremetió contra los sirvientes si no satisfacían sus necesidades, y exigía que se aumentaran los impuestos solo para poder comprar un nuevo vestido bonito o una muñeca de porcelana hecha a mano.

Fue casi discordante ver cómo una bebé tan dulce se convertía en una princesa despiadada.

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Finalmente llegó el noveno cumpleaños de Dot y Salazar le prometió un regalo especial.

Había sido un día bastante aburrido, sin celebración ni pastel, solo la clase alta le deseaba un feliz cumpleaños y Dot le decía "gracias", tal como ella había recitado.

Cuando llegó la noche y estaban solo ella y Salazar, él le ordenó que se arrodillara y cerrara los ojos para que no mirara.

Dot sintió algo frío y pesado en su cabeza, y cuando abrió los ojos, Salazar sostenía un espejo de tocador para que ella lo viera.

En su cabeza tenía una tiara dorada, dando vueltas como espinas y decorada con zafiros.

Parecía la corona de Salazar.

Dot jadeó, sus ojos iluminaron y comenzó a chillar mientras rebotaba.

"¡Me encanta!"

Inmediatamente se detuvo cuando notó la mirada de desaprobación de Salazar.

"Quiero decir-", rápidamente recuperó la compostura e inclinó la cabeza, "Gracias, señor".

Salazar ajustó la tiara que se había inclinado cuando ella saltó antes, su pulgar rozando una de las joyas.

"Feliz cumpleaños, mi pequeña joya"

Notas del autor:
La parte en la que Dot rescató a un gusano se basó en algo que hice una vez.

Espero que la hayan gustado ♡♡.

Nos vemos :3