Animaniacs AU: Princess Angelina Salazar [Traducción]

Capitulo 9: Adiós (La palabra más triste)

Resumen:
Las cosas van de mal en peor para Yakko y Wakko.

Habían pasado meses y nada había cambiado.

Los hermanos huérfanos todavía no podían ser adoptados juntos, y Yakko se negó a dejar a su hermano, incluso si eso significaba quedarse más tiempo en el orfanato.

Hablando de eso, al orfanato en sí no le estaba yendo bien.

La comida era escasa, varios maestros ya habían renunciado para buscar una vida mejor y casi todos los niños ya habían sido adoptados o se habían mudado cuando cumplieron 18 años.

Como si las cosas no pudieran empeorar, Adalia se habia enfermado.

Comenzó con algunas toses, que ella se encogió de hombros como nada más que un resfriado común.

Pero la tos seguía empeorando, al igual que sus condiciones.

Algunos días, estaba tan enferma que ni siquiera podía levantarse de la cama y dormía todo el día, tosiendo mientras dormía.

Cuando finalmente fue a ver a Otto Von Scratchansniff, el médico local de la ciudad, él le diagnosticó neumonía.

Les aseguró a todos que estaría bien, pero Yakko había leído los síntomas y sabía que a su edad corría un mayor riesgo.

Y siguió mejorando.

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Yakko miró con el corazón apesadumbrado mientras Edna caminaba hacia la entrada, con las maletas en la mano.

Como otros profesores, ella también estaba dejando el orfanato para buscar un lugar donde los impuestos fueran razonables.

Claro, Yakko se había molestado cuando sus otros maestros se fueron, pero ninguno de ellos ocupaba un lugar especial en su corazón como lo hacía Edna.

Se ofreció a acompañarla, siendo el último alumno suyo que vería.

Se detuvieron y Edna se volvió hacia él, luciendo serena como siempre, pero sus ojos estaban empañados.

"Bueno, Yakko, me temo que aquí es donde nos separamos".

Ella le tendió la mano para estrechar la de él, pero en cambio, Yakko de repente le abrazó y pudo sentir sus lágrimas empapando su hábito.

Dejando escapar una risa acuosa, envolvió sus brazos alrededor de sus hombros temblorosos.

"Oh, Yakko, estoy segura de que esto no es un adiós para siempre. Quizás si el Señor es bueno con nosotros, algún día nos volveremos a encontrar". Ella lo tranquilizó mientras le acariciaba la cabeza.

"¿Pero y si no lo hacemos?" Preguntó Yakko, mirándola.

"Entonces, entre tú y yo, siempre fuiste mi alumno favorito". Edna dijo con cariño, algunas lágrimas escaparon de sus ojos también.

Se abrazaron de nuevo y cuando Edna finalmente se apartó, le secó las lágrimas con el pulgar.

"La despedida es un dolor tan dulce"

Yakko sonrió y terminó el resto de la cita.

"Que diré buenas noches hasta mañana".

Edna recogió sus maletas y bajó los escalones, volviéndose hacia él por última vez con una sonrisa maliciosa.

"¡No hagas nada que yo no haría!"

"¡No lo haré, lo haré peor que tú!" Yakko respondió en broma.

Edna resopló, rió y luego se dirigió hacia la estación para tomar su tren.

Yakko podría haber jurado que la escuchó cantar la canción de sus países del mundo.