Epilogo

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-Obier que te he dicho de no meterte en problemas, sabes que tu madre no le va agradar todo esto –ahí va mi padre con su sermón.-Además lo que estas por explorar es algo que es un camino espinoso, habrá contrapartes que desean aplastarte

-Padre sabes que las responsabilidades son mías, ya soy un adulto -contesto.-Créeme antes podrías decírmelo pero mírame sabes cuantos años tengo soy un hombre maduro

-Eso me parece perfecto, bien entonces no piensas tomar el puesto en la empresa.

-La verdad no me gustaría abrirme ya sabes, creo que así como tú lo has hecho porque no hacer lo mismo. Quiero que estén orgullosos de mí.

Mi padre me palmeña el hombreo con una sonrisa.

-Y eso me llena de orgullo, eres mi único hijo.

-Por lo mismo trato de ser el mejor para ustedes. Mas ahora con la gran responsabilidades que tendré en mis manos

-Lo eres –mi madre se acerca es demasiado bella muchos no creen que se a mi madre.

No negare que me he metido en problemas por malos comentarios respecto a mi madre, soy su hijo me irritan, pero no puedo tapar el sol con un dedo cuando ella es una belleza.

-Me gustaría saber que tanto están cuchicheando y no me invitan ustedes dos señores.

-Sera mejor que te lo diga Obier –mi padre se aparta dejándome con ella.

Le indicó a mi madre que tome asiento, espero no lastimar su corazón con mi partida, pero quiero conocer sé que hay algo más afuera esperándome.

-Dime porque tanto misterio hijo –me dice mi madre ansiosa.

-Veras he tomado la decisión de irme de la ciudad iré a la capital, sé que para ustedes están acostumbrados que este con ustedes, pero prometo que los visitare seguido...

Decirle que me he enlistado en la política fue algo que no lo esperaba, parpadeo se levanta y vuelve a sentarse, he tenido mis palancas, ocultar mi edad en meterme en un mundo de puros humanos que desconocen lo que hay más allá.

-Cielo es... magnifico, Wow no sé qué decirte, pero si es así... te veré en la televisión –dice conmocionada.

-Madre no tanto así, solo tratare de meterme en lleno en la alcaldía, seré el primero de la comunidad en hacerlo, la mayoría maneja sus propias empresas pero esto sería un cambio en todo.

-Entonces felicidades si es así. –me extiende los brazos está hecho.

Zoe no podía creer que su único hijo dejaría la ciudad, solo eran tres horas no era como irse a otro país, pero solo podía desearle suerte en si vida, y tal vez encontrar el amor, después de tantos años lo merecía, tal vez aun ella estaba por ahí escondida.

-¿Qué tanto piensas? –dice Oscar metiéndose en la cama.

-Que estoy embarazada –responso apenas hoy me entere.

Él se queda callado y me mira, se acerca a mí tocando mi rostro, suelta una carcajada que me contagia.

-Puedes creer que después de casi treinta y tantos años volverle ha ser madre –Veo mis manos estoy nerviosa es volver a empezar.

-Yo estoy igual, amor, no puedo creerlo después de que... lo de Obier intentamos y no resulto

-Parece que la partida de tu hijo nos dejó sorprendidos a nosotros pero más bien este bebe nos dejó igual.

Toco mi vientre no puedo creer que volveré a empezar a limpiar pañales no soy una jovencita como cuando tuve a mi hijo pero ahora.

-¿Dime que piensas? –ahora soy yo la que pregunta.

-Que soy el hombre más feliz, me había hecho la idea que en algún momento seré abuelo pero padre cielo Zoe es fantástico amor –me llena de besos

-Te amo lobo potente.

-No más que yo señora pedrales, listo para las develadas amor.

Tal vez aún nos quedan muchas cosas por ser felices mi hijo se va pero viene otro que nos llenara de felicidad, sobre todo tengo a mi semental que después de años volveré a ser madre.

-Pero ahora con esta noticia hare gritar a mi mujer –dice llevándome hasta la almohada.

-Te amo Oscar. –susurro en sus labios solo para volverme a entregar a mi lobo por toda el tiempo que nos quede en este mundo.

Un Amor para el BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora