Miraculous: Las aventuras de Lordbug y Chat Noir l.s

Orígenes Pt.1

Hace muchos siglos, unas joyas mágicas poseedoras de un gran poder fueron creadas. Estas eran los miraculous.

A través de la historia los héroes han usado estas joyas por el bien de la raza humana. Dos de estos miraculous son más poderosos que los demás. Los aretes de Lordbug, que proveen el poder de la creación, y el anillo del gato negro, que proveen el poder de la destrucción.

De acuerdo a la leyenda, quien controle ambas joyas al mismo tiempo alcanzara el poder absoluto.

Actualmente se desconoce su ubicación exacta. Paris desde hace muchos años no ha tenido super héroes que la protejan, pues no existía una verdadera amenaza que combatir, hasta ahora...

En alguna parte de la ciudad, el broche de Moth, capaz de darle a alguien sus propios poderes, y volverlo fiel seguidor de quien posea la joya, ha sido activado.

Y cuando se trata de atraer super héroes ... ¿Qué mejor que crear supervillanos?

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Wayzz desearía que se tratara solo de un mal presentimiento, pero no era así. Lo había sentido, su aura... Eso había sido suficiente para hacerlo despertar e ir hacia donde el maestro se encontraba, sin importar que este estuviera atendiendo a un cliente, a quien tuvo que despachar abruptamente.

Desde que volvieron a Paris, habían mantenido un perfil bajo. Su maestro consiguió un pequeño consultorio, el cual reflejaba sus orígenes. Ahí, atendía a sus pacientes, que no solían ser muchos, pero si los suficientes, con medicina China.

—Maestro, es Nooro. —Se apresuró a decir el pequeño Kwami.— Sentí su aura.

—Creí que se había perdido...

—Pero es un aura negativa, temo que se trata de un poder oscuro.

—De ser así, tenemos que encontrarlo y a su miraculous. Si ha caído en las manos equivocadas, no sabemos la maldad que caerá sobre el mundo.

El hombre, a quien Wayzz consideraba no solo su maestro, sino su amigo desde hace más de cien años, ya no estaba en condiciones para enfrentar solo a esta nueva amenaza, y lo sabía. Tenia ya 186 años, aunque se encontraba bien de salud, su condición física jamás sería la misma que en su juventud. Por eso, al intentar transformarse, fracasó, sintiendo un dolor en su espalda baja que lo hizo caer de rodillas, gimiendo de dolor.

Wayzz tenía razón, ellos necesitaban ayuda...

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Un nuevo día estaba comenzando, y con el un nuevo año escolar para Harry. De no ser por el llamado de Anne, diciéndole que llegaría tarde a su primer día, probablemente habría permanecido acostado un poco más.

No es que no le guste la escuela, es que ya se imagina con quién estará.

Aún con su pijama, y la palabra "sueño" por todo su rostro, bajó las escaleras hasta llegar a la cocina, donde su desayuno ya lo esperaba. Su madre lo recibió con una gran y bella sonrisa, la cual correspondió, para luego dejarle un beso en la mejilla, ganándose que Anne alborotara su cabello. Rio, pero no se quejó. Amaba cuando hacía eso, y sabía que ella adoraba hacerlo, muchas veces había recibido halagos por su cabello chino, el cual le llegaba a las orejas. Podía ser algo difícil de cuidar, por lo que Harry ya ni lo intentaba. Solo lo dejaba ser, decía.