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Si a Sanha le dieran a escoger entre ir a su ensayo o irse a casa a descansar luego de un largo día, definitivamente escogería lo primero.

¿La razón? Simple.

Con nombre y apellido incluído.

Park Minhyuk.

Bailarín, buen estudiante, de una familia muchas veces reconocida como ejemplar.

Por no mencionar que era increíblemente guapo.

Lo que pasaba era, que Minhyuk solía mirar mucho a Sanha, lo miraba con detenimiento, con completa atención, como si Sanha fuera lo único que está ahí.

¿Era raro? Demasiado.

¿Le molestaba a Sanha? En absoluto.

Es decir, ¡es Park Minhyuk! Nadie, repito, nadie, se resiste a los encantos y los modales que este chico tiene.

Y mucho menos al talento que se carga.

Sanha no podía evitar sentirse bien, un poquito extraño, pero le gustaba esa cuanta atención que el mayor le daba, se sentía especial aún si nunca había hablado con él más que una vez.

Desde que Sanha se inscribió al club de baile en la escuela, había tenido un pequeño "crush" con él.

Era un poco vergonzoso pensar en ello, aún más cuando Sanha entra al salón de ensayos y Minhyuk es lo primero que su campo de vista obtiene.

Sin duda, le gustaría acercarse y preguntar el porqué le mira mucho, posiblemente llevarse con él o simplemente hablar.

Sanha no era alguien muy social, era un poco tímido y se cohibía muy rápido, cabe recalcar que muy ansioso también, en cambio Minhyuk, era alguien un tanto popular y reservado, siempre acompañado de sus dos mejores amigos y unos cuántos conocidos de vez en cuando.

Era condenadamente frustrante.

No era mentira que Sanha quería acercarse, pero su timidez le ganaba demasiado cada vez que lo intentaba.

Literalmente, la única vez que había podido hablar con él fue cuando se unió al club, Minhyuk solamente le regaló un saludo cordial, de bienvenida, nada especial.

Lo que Sanha desconocía era que para Minhyuk, ese simple saludo había sido lo mejor de su vida.

Minhyuk tenía la costumbre de ser muy observador, donde sea que iba, miraba atentamente todo a su alrededor, Moonbin, su mejor amigo, le decía siempre que eso a veces era raro y que muchas personas podían tomarlo mal o no interpretar bien las intenciones de Minhyuk.

También era muy curioso.

Minhyuk no podía ver nada que llamara su atención porque en seguida empezaba a averiguar sobre eso o querer saber lo más mínimo, claro, de la forma más discreta posible.

Moonbin supo que Minhyuk estaba perdido en el momento en que Yoon Sanha entró al salón de baile y Minhyuk no le pudo quitar la vista de encima.

No tenía ningún problema, al contrario, le gustaba que Minhyuk mostrara interés en algo que no sean sus libros o el baile, además, Minhyuk le había ayudado muchísimo con Dongmin y ahora Sanha era una oportunidad para devolver esa ayuda.

Lo que Bin no esperaba es que ambos fueran terriblemente asquerosos para hablar o socializar, no quería juzgar, pero le entraba un poco de desesperación ver que Minhyuk estaba muy enamorado de ese chico alto y no hacía nada.

Y Sanha, ugh, Sanha era como una pequeña tortuga que al más mínimo toque se esconde en su caparazón.

No lo entendía, pero no quería hablar de ello, sabía que Sanha era alguien difícil de entender porque Dongmin le dijo eso.

No sé rendiría, buscaría la forma de acercarlos y posiblemente hacer que empiecen a llevarse.

La primera vez que lo hizo, no funcionó.

Empezando porque hizo un plan un poco improvisado que se fue al carajo porque Minhyuk se enfermó y no fue tres días a la escuela.

Segundo, Dongmin había intentado acercarse a Sanha para así llevarlo a comer junto a Moonbin y Minhyuk, pero no tuvo buenos resultados, sino que Sanha terminó teniendo una crisis de nervios y se retiró casi temblando.

Y también faltó a la escuela al siguiente día.

Decidió que era mejor rendirse, o al menos dejarlo en manos de Minhyuk, pero eso lo alteraba más.

Porque dejarlo en manos de su amigo quería decir que no haría absolutamente nada y sólo se quedaría parado como idiota viendo a su amor platónico sin hablarle.

Hasta ese día.

No pudo evitar reír al recordar la vergüenza que ambos pasaron y el rostro de Minhyuk ante la situación.

Sanha se dijo a sí mismo que buscaría la forma de acercarse, dejaría su ansiedad y timidez de lado y le hablaría.

No podía ir sin determinación, debía dar pasos decididos a ir y conquistar a Park Minhyuk cueste lo que cueste.

O eso pensaba.

Porque sus mismos pasos fueron los que lo llevaron a hablarle...

Pero no de la forma en la que esperaba.

HE || RocksanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora