NO SOY UN MONSTRUO ✓

capitulo 18

Capitulo 18
¿Éste es el fin?

Desde ese día no pude volver a ver a Son kwan, pasaron dos años sin saber de él, dos dolorosos años en el que no pude escuchar su voz, ver su mirada, abrazarlo...

Y Park Yoon, ella me dolía más, nunca podría volver a abrazarla, a escuchar sus ocurrencias o tener que aguantar el como hablaba por horas sin parar de Min-ho. Mi mejor amiga se había ido llevándose consigo una parte de mí. Sentía mucha culpa, si no me hubiera obsesionado con saber sobre Kwan o querer ayudarlo, si no hubiera jugado a ser una superheroina ella aún estuviera a mi lado.

Mi recuperación fue lenta pero segura, hoy podía moverme con más facilidad y hablar bien, debía usar una peluca hasta que mi cabello creciera completamente pero eso era lo de menos.

Hoy me encontraba en mi casa, sin saber nada de Mi-ho, desde hace dos meses no sé de él, había dicho que iría a la granja de sus abuelos para aislarse de la ciudad y de los problemas, intentar superar el dolor o aceptar que Yoon ya no estaba.

Tomé mis llaves después de vestirme con un jeans, una franela blanca, una chaqueta de jeans y unas converse negras.  Aprovecharía que mi padre estaba en el trabajo para visitar a Son kwan a la prisión... Tenía que saber que él estaba bien.

Apenas estuve en la cárcel pedí hablar con él, me senté en la mesa y minutos después él estaba entrando a la sala de visitas. Estaba más palido que antes, tenía un moretón en la mejilla, sus labios estaban rotos, tenía más ojeras que antes, apenas se sentó me miró sin expresión alguna, miré sus muñecas esposadas y noté que tenía cicatrices, más que antes.

Sentí un nudo en la garganta.

—Te extrañé mucho — Confesé con la voz entrecortada mientras él tenía la mirada en el suelo.—¿Cómo has estado?.

La pregunta era estúpida, sí, pero quería que él me contara. Un deseo que nunca se cumplió, ya que él nunca respondió.

—Son kwan—Nombré con la voz temblorosa, estiré mi mano hacia la suya y la toqué, estaba fría, tan fría como la nieve. Apenas Kwan sintió mi toqué la alejó rápidamente y me miró sorprendido.

—Me alegra... Que estés bien—Habló bajito, su voz estaba entrecortada pero como era de esperarse pude escucharlo. —Enserio...

Estaba actuando extraño, parecía nervioso e intimidado... Como si lo  hubieran amenazado.

—¿Qué sucede ?—Pregunté y él negó de inmediato.

—Estoy bien. —Dicho ésto se levantó despacio y yo fruncí el ceño —Debo irme.

—La hora de visita no termina —Recordé levantándome de la silla y cuando lo tomé de brazo él alejó mi mano bruscamente exclamando un "No".

—Lo siento... Sólo no vuelvas —Y dicho ésto se fue.

Lo miré sorprendida, segundos después me fui de ahí con un dolor clavado en el pecho, sabía que algo pasaba, sabía que Soo tenía que ver con eso... Pero si no me lo decía no podía hacer nada.

Lo que más me dolía es que aunque me lo dijera y lo intentara, no podría hacer nada.

La semana siguiente volví a visitarlo pero no apareció...