Te encontré sin que te buscara, te encontré y viniste a rescatarme de mis más mayores inquietudes, te encontré y aprendí lo que verdaderamente era saber arriesgarse y sentir que mi corazón palpitaba más de lo normal si te tenía a mi lado. Te encontré y aprendí a luchar contra todo para obtener una simple caricia tuya y un te amo.
Me enseñaste lo importante que es valorar a la persona y quererla por lo que es, porque quien te quiere trata de corregirte, pero nunca de cambiarte. Y eso hiciste tú, me enseñaste que en la vida se vale tropezar y recibir muchas decepciones para poder apreciar la belleza de la vida, así como me enseñaste que una sonrisa no nos hace más atractivos que una prenda de vestir. Sin importar tu edad, tu cultura y la distancia que había entre nosotras, me brindaste tu cariño y apreciaste cada una de mis imperfecciones. No todo el mundo sabe cuidar, atender y crear vínculos, pero, tu supiste hacerlo conmigo y en lo que respecta al amor, aprendí tantas cosas de ti...
Me basto tan solo un minuto para que mi corazón se diera cuenta de que te amaba con locura y que esas melodías que nos dedicamos mutuamente, permitieron crear lo nuestro. Un amor puro y sincero que llegue a sentir por ti, un amor que me permitió dejar mi timidez y mis miedos porque el qué dirán, sólo por escuchar un "Te amo" de tus labios. Como dejar de pensar en ti, si eras tan sencilla, dedicada, inteligente, soñadora y sublimemente cariñosa, la mujer más maravillosa que pude haber conocido...Simplemente, no puedo.
Lo prometido es deuda mis queridos lectores y aquí os dejo la primera carta de antaño para que puedan apreciar un poco más de mí, de lo que solía escribir antes de tan siquiera pensar en escribir historias de amor, ojalá sea de su agrado. Un beso...
Barquisimeto, Venezuela
09-11-2012 06:37pm
Copyright © 2012 María A.
Todos los derechos reservados
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Cartas de antaño
RomanceAquí encontrarán una recopilación de aquellas cartas de antaño, esas que escribí en el año 2012. Desde entonces, suelo leerlas a menudo sobre mi cama para recordar cómo fueron mis inicios. Cartas que han quedado como una reliquia, pero que, durante...