Capítulo #4

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Diez años después...

Si había algo que adoraba más que la hora del baño era escuchar música. Le hacia vaciar su mente de problemas y le hacían pensar en el. En Sasuke, quizá solo había sido un niño pero solo el la había visto como alguien normal, como una chica dulce y le había abierto su corazon.

Era inevitable que entre las burbujas y el agua caliente que además debía aprender a agregarle escencias para que su cuerpo oliera muy bien. Su favorito era el olor a cerezas. Se ponía a imaginar como sus rasgos de niño,  maduraban para convertirse en adolescente y muchas veces entre sueños lo encontraba. Lo encontraba y juntos escapaban bien lejos.

Quiza era una locura pero durante esos años no había podido olvidarlo y menos cuando le había dejado un recuerdo de el que también le servía como un talismán para olvidar a su dueño.

.

Esa noche bajo los intensos rayos de luna que se colaban por las ramas de los árboles, corrió, corrió lo más rápido para poder llegar al encuentro con Sasuke. Temió que fuera muy tarde para encontrarlo y rezaba a quien sea que la escuchara, verlo de nuevo. Solo una vez más antes que se fuera lejos. Corrió más rápido hasta que los pequeños músculos de sus piernas dolieron y cuando por fin llegó.

El parque estaba totalmente vacío, el viento estaba impregnando de los dulces olores desconocidos, olores dulces, olores salados y algunos que le picaron la nariz. Se notaba que el festival de primavera había sido algo espectacular y digno de ver a diferencia que no venía por eso, si no por el.

Pero el ya no estaba.

Camino lentamente hacia el estanque, derrotada y triste. Odiaba su vida pero el había sido de las cosas buenas de ella. Sin embargo hasta eso podía perderse. ¿Que faltaba? Que perdiera a Tsunade que era como la madre que nunca tuvo.

Entre la maleza alta del estanque apareció una sombra que se movió, por un momento pensó que era una animal y se asusto, cayendo de espaldas. No fue hasta que esa sombra salió por completo  y dejó que los rayos de la luna lo alumbracen que dejó escapar el aire que había detenido.

—¡¿Sasuke-kun!?

¡Sabía que vendrías!

Le dijo el pelinegro ayudándola a levantarse y luego a  sacudirle la espalda de tierra.

—Lamento la tardanza pero no pude escaparme antes.

Así que te escaparte, yo también. Mis padres piensan que soy un montón de almohadas. Están más ocupados en observar a mi  hermano, que suelen olvidarse muy a menudo de mi.

SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora