jealousy

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Hyunjin llevaba unos días sin visitar la biblioteca donde solía ver a los menores, y tampoco iba al prado con ellos. Cada día, Jeongin llegaba con el dulce favorito de Hyunjin, preparado para regañarlo por desaparecer tan de repente y darle el dulce, pero el chico nunca aparecía, y Seungmin se acababa comiendo el pequeño obsequio.

Y Hyunjin... Hyunjin se sentía celoso. Los últimos días que había estado con los menores los escuchó murmurar, hablar entre ellos como si él no estuviera ahí. Lo estaban dejando de lado.

Al principio le restó importancia, diciéndose que solo eran imaginaciones suyas, hasta que una vez iba por la calle y los vio por la ventana de un café, tomando y riéndose sin él. Se le apretó el corazón de alguna manera al saber que era tan poco importante en su amistad de tres, que ni siquiera lo invitaban a salir con ellos.

¿Y si están saliendo y no me han avisado?

Esa era la pregunta que rondó por su mente esos últimos días, y por lo tanto dejó de ir con ellos. Si querían tener una relación entre ellos, él no quería molestar, aunque doliese.

Pero ahí estaba, un viernes por la tarde frente a la biblioteca, con un libro pasado de fecha entre manos. Esa misma mañana le había llegado un correo exigiéndole devolver el libro, o de lo contrario tendría una sanción. Lo que no sabían es que Hyunjin no devolvía el libro porque eso implicaba ver a Seungmin.

Con el libro contra su pecho, entró al lugar, intentando esconderse con su capucha negra. Y como si el universo lo hubiese maldecido, el que estaba encargado de la devolución de libros era Kim.

Lo miró desde lejos, mordiéndose el labio mientras lo observaba leer un libro a medias. Parecía muy concentrado, y le recordaba a cuando pasaban las tardes juntos, cada uno a lo suyo, pero juntos. Los echaba mucho de menos, de eso no cabía duda.

Entonces visualizó a lo lejos la máquina automática donde podías devolver libros, aunque desistió cuando vio que estaba en reparación: no le quedaba de otra.

Escondiendo su cara lo mejor que podía, se acercó al chico, preparándose para fingir una voz.

— Buenas tarde, quería devolver este libro.— su voz sonó grave, muy exageradamente grave. Nunca podrían reconocerle.

Seungmin cogió el libro, pasándolo por el escanner sin dejar de mirar al más alto con la ceja alzada.

— ¿Me deja su carnet, por favor?

— Sí, aquí lo tengo.— sacó el trozo de plástico, dándose cuenta muy tarde de que fue un completo error.

— Un milagro volver a verte, ¿a qué se debe el honor de tu visita?

— Eh, tengo que irme, hasta luego.— tomó el carnet sin hacer contacto visual con el menor, andando con rapidez hacia la puerta, hasta que chocó con alguien, cayendo los dos al suelo.

— Lo siento, yo...— el chico que estaba debajo de él lo empujó, haciendo que cayera hacia atrás.— Hasta que apareces, ¿dónde mierdas estuviste todo este tiempo, Hyunjin?

El hecho de que le estuviera gritando en susurros no ayudaba a que el mayor se sintiera menos intimidado. No sabía el porqué, pero Jeongin siempre fue de esas personas que, aunque siempre pareciesen un rayo de sol, era mejor no enfadarlas, porque te atacaban con dulzura, sin que casi te des cuenta.

— Yo...

— Chicos, vamos a hablar fuera.

— ¿Y bien? ¿Por qué desapareciste tan de repente?

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— ¿Y bien? ¿Por qué desapareciste tan de repente?

Estaban sentados en un banco, algo alejado de la biblioteca. Hyunjin y Jeongin en los bordes, y Seungmin frente a ellos en la acera, abrazándose a sí mismo por el frío. Quizá fue un error salir tan rápido sin siquiera traerse chaquetas.

— No es nada, chicos, estoy bien.

— ¿Por qué dejaste de ir al prado? ¿Ya no te gusta o cómo?

— Estás sonando como una madre, bebé.

Bebé.

Si antes tenía sus dudas sobre si los menores salían, ahora ya se habían disipado. Por supuesto que sí, y cómo no. Seungmin era un chico maravilloso, tierno, atento y con una personalidad increíble, y Jeongin no se alejaba de esa misma descripción, siendo los dos perfectos a los ojos del mayor. ¿Cómo no iban a estar juntos, fijarse el uno en el otro, si eran lo que cualquier persona desearía como pareja?

Apretó las manos sobre su regazo, diciéndose que estaba bien, que no tenía porqué sentirse mal por no estar incluído en esa ecuación, que sus celos no tenían sentido, porque nadie le debía nada. Se intentaba convencer de que solo se sentía mal porque no le contaron, no por otra cosa.

— ¿Hyunjin? Te estoy hablando.— exigió su atención el menos de todos.

Y en ese momento, Hyunjin comenzó a soltarlo todo.

— Lo siento mucho... Os he echado mucho de menos, pero no quería molestaros. No quería que empezarárais a verme como el mal tercio, por eso decidí alejarme. Sois una pareja muy linda, no quiero que por mí os sintáis incómodos. Os vi un día que salisteis sin mí, y poco a poco me di cuenta de todo. Quizá estoy exagerando un poco, lo siento. Los últimos días que estuvimos juntos me sentí muy fuera de lugar, siempre hablabais entre vosotros y no os acordabais de que yo estaba allí.

Silencio.

Ninguno dijo nada más, y para sorpresa de ambos, el menos cariñoso, quien era Seungmin, se levantó de la acera, yendo a abrazar a su mayor por un lado, permitiendo que por el otro lo abrazara Jeongin.

— Solo quiero que volvamos a ser como antes, no me importa si sois pareja o...

— Cállate, me estresas.— murmuró el más bajo, apretando al mayor desde su lado.— Jinnie, Seungmin y yo no estamos saliendo. Cuando te dejábamos de lado, lo siento, no nos dimos cuenta, pero no es por lo que crees.

— En dos días es tu cumpleaños, y queríamos prepararte algo memorable, por eso quedamos sin tí, no por nada más. Hyunjin, debiste preguntarnos antes de sacar tus conclusiones, nunca te dejaríamos fuera.

Para ese momento, Hyunjin ya sentía las lágrimas bajar por sus mejillas por el alivio.

Nunca te dejaríamos fuera.

— Pero lo llamaste bebé, a mí no me llamabas bebé.

Escuchó como Jeongin reía, mientras que Seungmin se ponía a rodillas frente al mayor, tomando sus mejillas para empezar a mover su rostro de un lado a otro, repitiendo el apodo una y otra vez hasta sacarle una sonrisa.

— No vuelvas a irte así, por favor.— pidió Jeongin, quién seguía abrazándolo con fuerza.— No saber nada de ti fue un horror.

Para cualquier persona que los observara desde lejos, ellos eran un trío enamorado uno del otro, dándose cariño entre ellos para olvidar las semanas que estuvieron alejados. Porque sí, estuvieron todos alejados. Seungmin y Jeongin no estaban físicamente alejados, pero el constante sentimiento de la falta que les hacía Hyunjin los hacía sentirse solos, aún si estaban juntos.

Y era por eso, que aunque las personas pensaran aquello, ellos no tenían porqué preguntarse si su relación era habitual de amigos o no. Ellos estaban juntos, y con eso les era suficiente.

sun and flowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora