Todo hubiera sido una pesadilla

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Pasaron algunas horas, y cuando todo se calmo Deidara salió de su habitación, y miro atentamente si había señales de Óbito, pero no vio nada así que camino hasta la salida y sigilosamente salió a caminar, obviamente no se iría tan lejos, también si entraría lo haría desde una puerta secreta que tenia en su habitación que daba hasta un gran árbol.

Todo iba bien, iba caminando mirando a su alrededor para sentirse en paz pero....... Esa paz terminaría pronto, pues Tobi tenía otra trampa ahí comenzaría una de las pesadillas de las que jamás podría olvidar Deidara.

El rubio iba caminando mientras miraba alrededor, fue cuando dos Óbitos aparecieron tomándolo de los brazos.

Clon 1: te gustó lo aquella vez? *Decía con una sonrisa llena de malicia en su rostro*

Clon 2: si aquello te gustó lo que te harán ahora te gustará más *acarició el miembro del rubio*

D: déjenme!!! *Logro soltarse mientras salía corriendo*

Iba corriendo mientras lloraba, sentía mucho miedo era como un niño que le teme a la oscuridad de la noche, Dei solo quería que todo aquello fuese una pesadilla, desde su interior pedía a gritos que alguien lo despertara de aquella pesadilla que solo lo hacía sufrir, a gritos pedía que Sasori regresará ya que cuando estaba él nadie más le hacía daño.

Entre miles de pensamientos que pasaron por su mente, el verdadero Óbito apareció detrás de él tomándolo de la cintura y tapando su boca mientras lo metía a una cueva cerrando la entrada.

Deidara al ver que lo había atrapado en esa cueva, empezó alterarse y a querer intentar salir pero no había algún lugar donde podría escapar, la entrada de la cueva se cerró dandole la oportunidad a Óbito de hacer con él lo que quisiera, Deidara se dio la vuelta para mirar a Óbito como sacaba varias cuerdas, y un collar con una correa eso alteró aún más a Deidara que desesperado quiso sacar sus sacos de arcilla pero no estaban, Óbito lo había desarmado cuando entraron, todo había estado bien planeado.

Deidara intento salir, golpeando la entrada de la cueva pero no podía salir de aquella prisión de tortura, Óbito se acercó y le puso el collar, Mientras le quitaba la ropa, ya no había de otra que dejarse hacer lo que quisiera Óbito, aunque hiciera todo lo posible no podría salir Óbito era el único que podía abrir la entrada de la cueva y él sin su arcilla era algo inservible.

Óbito lo amarro de las manos, claro pero Deidara le dio batalla pues no se iba a dejar fácil, pero no había de otra que dejarse usar como un simple juguete sexual, Óbito puso contra una roca a Deidara mientras metía su miembro de golpe en el trasero de Deidara, haciendo que esté empezará a llorar y a temblar por la desesperación de que pronto acabará todo.

Óbito empezó a darle embestidas Salvajes a Deidara, no dejaba que su entrada se acostumbrara a su miembro, Deidara solo se aferraba en su tristeza  lloraba dando jadeos, mientras cerraba los ojos sintiendo como Óbito rompía un poco su entrada, Óbito tomo la correa del collar mientras jalaba a Deidara hacia atrás pero sin dejar de darle embestidas salvajes que solo lastimaban al rubio.

Óbito no paraba de penetrar al pobre rubio que solo suplicaba por qué lo dejara, Óbito con cada embestida rompía un poco la entrada de Deidara haciendo que este sangrara un poco después de unos minutos Óbito se vino en el trasero de Deidara  haciendo que esté empezará a temblar más que al principio, y llorará al no aguantar el ardor que el Semen caliente le daba al lastimar aún más sus pequeñas heridas.

Óbito se detuvo y saco un kunai, mientras lo ponía en el cuello de Deidara.

O: quieto Deidara... Aún no cavamos... Es mejor que te quedes quieto si no quieres morir *puso el kunai en el cuello del rubio mientras empezaba con las embestidas*

Historia de venganza con un final inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora