Abrió sus ojos con agitación, ser consciente de esa escena cruel lo dejó atónico y con fatiga. Se levantó de su lugar corriendo al baño con arcadas, regresando todo el almuerzo y quizás parte de su desayuno, todo estaba mal en su mente. Intentó respirar más calmado mientras que el sabor amargo del vomito lo incitaba a seguir curvando su espalda sobre la letrina, las imágenes se reproducían una y otra vez mientras que el sonido de la carne siendo atravesada por una filosa cuchilla brillante le señalaban como el único culpable.
Y es que lo presenció en primera fila, los pensamientos llenos de júbilos de aquel asesino combinado con la llegada de su ángel de blanco atravesando a su mejor amigo sin tener idea de que lo había hecho; aquel joven serio y gentil por el cual había sacrificado su vista. Se sentía mareado, se sentía enfermo pero lo que más le afectaba es que se sentía impúdico.
¿Era su culpa, no?
Después de todo, él era la reencarnación de aquel desgraciado.
Su respiración se agitó con discreción, su frente comenzó a acumular gotas de sudor que bajaban por la piel dejando un rastro gélido a su paso, con manos temblorosas que se aferraban a la losa y sus ojos llenos de nubarrones a punto de colisionar.
– ¿Xue Yang, estás bien?
Preguntó Su She desde afuera un tanto preocupado. Había olvidado que estaba junto a su grupo, tomó una bocanada de aire obligándose a recobrar la cordura.
–Lo estoy.
Se levantó casi tambaleando, acercándose al lavamanos para mirarse en el espejo pero desconoció su reflejo; su aspecto lucia entre lo elegante y lo enfermizo. Se lavó la cara y acomodo su cabello, hizo unos pequeños buches con el agua de la llave para remover el sabor pávido de su boca mientras escuchaba a Meng Yao conversando con el otro sobre algunos aspectos de la danza. Cuando salió, ambos le miraron con gesto incauto pero no le dio tiempo de explicar los motivos por el cual se sacudió de esa manera porque escucharon a través de la puerta que les hablaba una mujer.
–Grupo número siete; en quince minutos es su turno, prepárense.
– ¡Sí! –respondió el de más baja estatura– Gracias...
La persona se alejó con unos pasos lentos, Meng Yao deposito su mirada en el aspecto anémico que tenía el muchacho.
– ¿Xue Yang, podrás hacerlo?
Su She estaba bastante seguro de que en cualquier momento se desmayaría y todos sus entrenamientos se verían opacado por un ataque de ansiedad, algo impropio de él.
–No se preocupen, estiren sus cuerpos y no me estorben.
(...)
Con el cabello hacia atrás, húmedo en gel y las manos algo sudorosas subió los tres escalones que lo conducían al enorme y extravagante escenario, detrás de él le seguían Meng Yao y Su She. Llevaban unos pantalones cortos y oscuros con botas ancha junto a cinturones negros llenos de cintas delicadas cayendo por los lados, unas poleras rojas pegada al cuerpo con manga larga negras más tela delgada que sobresalían y caían desde sus hombros, en sus pies unas zapatillas negras subían sus ataderas por los tobillos hasta la mitad de sus piernas haciéndolo lucir como botas y en sus manos unos abanicos cerrados con un trozo llamativo de tela decorativa.
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In another life • Fanfic XUEXIAO [MO DAO ZU SHI - THE UNTAMED]
Fanfic¿Crees en la reencarnación? Pues déjame contarte una historia. Xue Yang reencarnó siglos después en un joven talentoso que adora los caramelos y está perdidamente enamorado de su mejor amigo; Xiao Xingchen. Todo comenzó a través de un sueño que hizo...