Inolvidable - JiHope

Extra: HoSeok

El sonido de las olas chocando contra la costa y el siseo de nuestros pasos era todo lo que se escuchaba entre JiMin y yo.

Moría de ganas por tomarle de la mano pero los nervios me hacían sudar tanto las palmas que definitivamente me contuve, optando por juguetear con una pequeña vara sobre la arena mojada.

Me sentía nervioso no sólo por que me había pedido de repente volver a aquella playa, si no por que había pasado un largo tiempo desde que estuvimos completamente a solas.

Y JiMin me gustaba. Me había gustado desde siempre.

Su coquetería natural, la manera en que sus ojitos se cerraban al sonreir, la forma en que el cabello caía descuidadamente sobre sus ojos y el gesto que hacía para quitárselo. Su forma de ser amable y dulce y hasta la manera en que se enojaba cuando algo no le parecía. Todo me gustaba.

Si bien nuestra relación no había sufrido grandes cambios desde el incidente en su habitación y seguíamos siendo cercanos, sí podía sentir esa ligera tensión entre nosotros, especialmente cuando lo descubría mirándome como si fuera la primera vez que lo hacía. El recuerdo de sus labios en los míos no podía salir de mi cabeza cada vez que ocurría y eso no me estaba ayudando para nada.

—Hobi~—murmuró de pronto, sacándome de mis pensamientos.

—Dime.

—¿Quieres salir conmigo?

Shock instantáneo.

Espera ¡¿Qué?!

Me detuve repentinamente, mirándolo con la boca abierta. 

—¿Tu cabeza aún no ha sanado por completo?— atiné a decir. ¿Estoy soñando?

—¿Eh?

Por largos segundos nos miramos el uno al otro.

¡Esto era tan inesperado!

—Yo...yo...emmm...Sí.

—¿Sí?

—Sí

—¿Sí qué?

—¿Qué de qué?

—¿A qué te refieres con 'sí'?

—¿Pues... a lo que preguntaste tal vez?

—Tú también preguntaste algo.

—¡¿Es enserio JiMin?! ¡Bien! ¡Olvídalo!— estaba seguro que mi cara parecía un tomate—. E-es más, vámonos de aquí. Mis pies están cansados.

—¡No, no, no! ¿Estás realmente aceptando mi propuesta?— me miró esperanzado, tomando mi rostro entre sus manos.

Estaba feliz, sorprendido y emocionado. Tantas sensaciones juntas eran demasiado para mí.

—Pregunta de nuevo— pedí.

—¿Quieres ser mi novio?

Ay mi corazón.

—Sí.

JiMin dió un paso atrás antes de empezar a saltar y correr por todos lados en celebración, haciéndome reír a carcajadas.

El romántico escenario con el mar de fondo y la playa solitaria probablemente no iban con nuestras reacciones tan random. Pero esto éramos nosotros.

De pronto se detuvo, acercándose lentamente como un depredador a su presa.

—No te imaginas las ganas que tengo de comerte a besos.

—Si me alcanzas, puedes— prometí, tomando impulso para correr.

—¡Hey!

—¡Robaste mi primer y mi segundo beso!—le recordé—. ¡Esta vez no te lo dejaré fácil!

—¡Hobiiii!—puchereó.

Sentir la brisa fresca en la piel y escuchar la melodiosa risa de JiMin corriendo detrás de mí, eran sin duda uno de esos pequeños-grandes placeres en la vida.

La misma playa que nos había visto luchar desesperadamente por nuestras vidas ahora era testigo de nuestro comienzo como pareja.

Y estaba más que agradecido por esta oportunidad inolvidable.