Me encontraba repleta de sentimientos encontrados, la felicidad, los nervios y un montón de emociones más me tenía la piel de gallina.
El cielo había comenzado a dejar caer su helada lluvia sobre el camino así que subí la calefacción del auto para entrar en calor.
Habíamos conducido en la autopista por aproximadamente una hora y por suerte aún no lográbamos toparnos con algún otro policía.
Pude ver a Amaia realizar unas expresiones extrañas con su rostro.
─¿Qué te sucede? ─demandé saber confundida.
Pude verla llevarse la mano derecha al brazo izquierdo.
La castaña suspiró y luego observó su mano, me estremecí por unos instantes al darme cuenta de que estaba empapada de sangre.
─Maldición. ─musité─. ¿En qué momento? ─demandé saber.
─Fue el sujeto del estacionamiento. ─respondió.
Pensé en una rápida solución.
─Detén el coche. ─le ordené.
Negó con la cabeza.
─Estoy bien. ─contestó.
─Amaia, detén el coche. ─insistí.
Pude verla arrugar nuevamente el rostro.
─¡Detén el coche! ─exclamé.
Pude verla colocar su pie sobre el freno y hundirlo hasta el fondo.
─Yo conduzco. ─me ofrecí─. Baja del auto. ─seguí.
─Estoy bien Olivia, no es nada grave. ─siguió.
─Cambiemos de asiento, sal del auto. ─repetí.
Procedí a quitarme la camiseta y colocarla sobre el tablero de copiloto.
─Vamos, voy a revisarte. ─dije.
La castaña asintió y finalmente accedió.
Ambas bajamos del auto al mismo tiempo, yo me di la vuelta por la parte de adelante y ella por atrás.
En cuestión de segundos había logrado quedar completamente empapada de lluvia.
Subí al asiento de conductor y Amaia se posó en el lugar de al lado.
─Mierda. ─musité al ver su herida.
Mientras intentaba visualizar su herida en la oscuridad suspiré aliviada.
─Sólo te rozó, estarás bien. ─confesé.
Me incliné hacia los asientos de atrás y tomé la mochila, luego saqué la caja de píldoras para el dolor y le ofrecí dos a la castaña.
─Quítate esa porquería. ─dije haciendo referencia a la bata quirúrgica que aún llevaba puesta.
Amaia obedeció de inmediato.
─Ponte mi camisa. ─se la ofrecí y ella la tomó con rapidez.
─¿Crees que esto salga bien, Olivia? ─preguntó observándome fijamente.
Mi corazón se aceleró y mis orejas se pusieron tibias.
─Estaremos bien, sólo debemos permanecer unidas. ─solté de golpe.
─No quiero que mi hijo vea el cadáver de su madre muerta por un canal de televisión. ─mencionó con los ojos cristalizados.
Sentí un nudo formarse en mi garganta.
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INOCENTE © » 1M8.
Romance❝Luego de ser sentenciada a cinco años de prisión por colaboración al narcotráfico, Olivia Carrington, una influyente y reconocida dama de los suburbios es enviada a un centro penitenciario de mínima seguridad a las afueras de Nueva York. Tras estar...