Capitulo 4

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Rahel...

Golpeó con fuerza el saco de boxeo que tengo delante de mi, tratando de despejar mi mente, soy un fracaso total.

Mi celular suena anunciando una llamada y sé que es él, no tardara en reprocharme y recordarme mi fracaso.

Tomo el celular que se encuentra en la pequeña mesa y respondo.

-¿Que paso? -hablo en un tono seco y frío.

-Necesito que vengas.

Frunzo el ceño mientras tomo mi botella de agua y acomodo mi celular en mi hombro para poder utilizar mis manos.

-¿Para que? -le doy un sorbo a mi bebida.

-Te necesito acá. Zarck ha encontrado algo.

-¿Que ha encontrado?

-No te lo diré por teléfono, para eso necesito que vengas -dice muy tranquilo.

-Esta bien.

Se forma un silencio de aproximadamente minuto y medio, se que no ha colgado asi que vuelvo a hablar.

-¿Por qué me metes en problemas que no me incumben? -tomo un sorbo de agua.

-Oh cariño claro que sí te incumben, ya que fuiste tú quien mató a Louis.

Mis ojos se cristalizan ante la mención de ese nombre.

Aprieto mi mandíbula sintiendo como la primera lágrima baja por mi mejilla.

-No hables de él.

-¿Por qué? Si es la verdad, ambos sabemos cómo llegaste esa noche a su casa y lo mataste en su habitación, está todo grabado, asi que si no quieres ir a la cárcel por todos los crímenes que has cometido, te recomiendo que hagas lo que digo, te espero en mi casa a las dos y media de la tarde, y no pienses hacer algo estúpido, sabes que te tengo vigilada.

Y dicho esto cuelga, dejándome con la palabra en la boca, un sollozo sale de mi, odio que tenga control sobre mi, odio que pueda manejarme como quiera cuando quiera, odio simplemente no poder ser ya misma, y, lo que más odio, es no poder ser feliz.

Limpio algunas lágrimas que bajaban por mis mejillas, recojo mis cosas y salgo de mi sótano para dirigirme a mi habitación, cojo la toalla que estaba en mi hijo hombro y me seco la frente que estaba con sudor.

Cuando llegó a mi habitación abro mi armario y saco lo que me pondré y lo pongo en la cama, amarro mi negro cabello en un alto moño y entro al baño, me miró en el espejo y odio lo que veo.

Esa no soy yo, mi mente no es como la de ella, pero mi cuerpo si, me crearon para ser alguien que no soy, para llenar un vacío, soy un títere, ellos me manejan como quieran, me utilizan como arma de destrucción, mató al que me lo piden, hago lo que me piden, una máquina, eso es en lo que me convirtieron, yo no me puedo mezclar con la humanidad, simplemente no puedo hacer parte de ella.

Aprieto mis manos en puños y golpeó el espejo con demasiada fuerza, este se hace añicos, los pequeños pedazos de vidrio incruztandose en mis nudillos, retiro mi mano y miro mis nudillos.

Sangre, es lo que sale de mi, este cuerpo es una muestra de lo que ellos han hecho conmigo.

Soy una chica de veintidós años que desafortunadamente no tiene una vida normal, tengo pelo negro, la piel muy blanca, ojos negros y una estatua de un metro setenta y cinco.

Él era una de mis únicas razones para vivir, y yo lo mate, recuerdo todo, la navaja, la cortada en su cuello de forma horizontal, la sangre inundando su habitación, las lágrimas en nuestros ojos, la manera en la que drásticamente cambie de personalidad volviendome alguien totalmente capaz de matar a seres queridos sin ningún remordimiento, todo, recuerdo todo de la que es la peor noche de mi vida.

Running Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora