Rahel...
Empacó las últimas camisas en mi maleta de viaje, escucho que mi celular vibra indicando que un nuevo mensaje llegó, lo tomo y me doy cuenta que es de Zarck.
"Ya llegué ¿Estás lista?" Es lo que dice en el mensaje.
A los pocos segundos escucho como un auto se estaciona frente a la casa, me asomo por la ventana para verificar que sea él, y, efectivamente es él, va vestido con una gabardina negra, jean negro y zapatos negros, su cabello pelirrojo destacando de su ropa de luto.
Voy de nuevo hacia mi maleta, cierro está, libero mi cabello -ahora color palo de rosa- de la liga que lo ataba y entro al baño, me miró en el espejo por un momento.
Tomo mis cosas y bajo a la primera planta, salgo de casa y echo seguro a la puerta, me giro sobre mis pies y veo a Zarck, este está totalmente tranquilo, como si nada le afectará.
Mira mi cabello y hace un gesto de desagrado.
-Sinceramemte prefiero tu cabello totalmente negro -dice cuando llegó a él.
-Yo también -abro la puerta de la parte trasera del auto y guardo la maleta -pero toca estar irreconocibles ¿No?
-Pues en eso tienes razón -dice cuando ya estamos los dos dentro del auto.
-¿Y que hay de ti? Estás exactamente igual -lo miro de arriba a abajo y enarco una ceja esperando una respuesta.
-Pues verás mi querida amiga, yo no voy a matar a nadie está vez -pone una mano en mi hombro y me mira fijamente.
-¿Que? ¿Entonces quien? -quita su mano de mi hombro al ver que no la retiro.
Suspira con cansancio y fastidio.
-Él idiota ese -aprieta la mandíbula.
-¿Que idiota?
-Adan, Rahel, es Adán -pone sus manos en puños y mira por la ventana del auto.
Zarck y yo le tenemos un gran odio a Adán, por él es que las cosas se nos dificultan, no se porque Richard lo sigue aceptando, después de todo lo que me hizo, de tantas veces que intento asesinarme, estaría muerta si no fuera por Zarck, él me defendió, siempre lo ha hecho, nunca me ha abandonado y yo no lo haré con él, por eso el día en el que su hermano estaba en el instituto con Amellia no lo mate.
Miro a Zarck que ahora a encendido el auto y está manejando, tomo su mano -la que no está utilizando- y entrelazó nuestros dedos, él dirige la mirada a mi y yo le sonrió en modo de apoyo, el amablemente me devuelve la sonrisa.
Recuerdo muy bien la vez que nos vimos por primera vez, él no dudo en ayudarme, al perecer, nunca lo hizo.
Hace cuatro años...
-¡Hey! -le grito a la chica que se encuentra a mi derecha, en la otra prisión de cristal blindado -No llores más ¿Si? Mira... No dejaré que nada malo te pase. Eres muy pequeña para pasar por esto, somos muy jóvenes, dime... ¿Cómo te llamas?
La niña se gira en mi dirección ya que estaba de espaldas, es totalmente hermosa, sus ojos están cristalizados por las lágrimas y sus mejillas están un poco sonrojadas y húmedas, su cabello castaño cae por los lados de su cara, su nariz es pequeña al igual que sus labios, su piel es es demasiado blanca y sus ojos son algo que en este momento me llama la atención, uno es de un color café con miel totalmente bonito, y otro totalmente gris.
-Ayudame -su voz es suave como la de todo niño -Por favor, ella está sufriendo ¡Va a morir!
Veo como su ojo cambia de color volviéndose un gris, igual que su izquierdo, pero rápidamente vuelve a ser café, como si fuera una bombilla que prende y apaga.
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Running Away.
Mystery / ThrillerHuye, corre lo más rápido que puedas, huye antes de que toca acabe, antes de que sea demasiado tarde, no dejes que te encuentren. La vida de Amellia corre peligro, un gran peligro. Todo es fácil pero difícil, nada es lo que es, ella deberá enfrentar...