05. Evadiendo a Zoe

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Levi es el tipo de padre que nunca permitiría que Hange o cualquier persona de la legión a excepción de Mikasa—por razones re-obvias—se le acercara al pequeño Murat. 

¿Porque? Por la simple razón de que todos ahí estaban demasiado locos, desquiciados sin temor de perder la vida y no quería que su hijo conviviera con ese tipo de gente, además de que ninguno de ellos sabía limpiar correctamente, no permitiría que sus manos sucias tocaran a su primogénito.

...

El sol comenzaba a desaparecer lentamente atrayendo la oscuridad, la azabache se encargaba de llevar el papeleo correspondiente a la oficina de Hange, sostenía a su bebé con uno de sus brazos, hablándole con dulzura al oído porque había leído hace muchos años que esto ayudaba demasiado para el desarrollo del lenguaje, además de que los volvía inteligentes, le platicaba de cualquier cosa que se le ocurriera, toca dos veces la puerta de madera antes de acceder encontrándose con la castaña que al verla abandona su asiento y corre hasta donde ambos estaban.

—¡Mikasa!—exclama emocionada mientras da saltitos de alegría—¿Puedo cargarlo? ¿Me dejas cargarlo? Anda, dime que si, por favor, te lo pido.

Su insistencia le causa gracia al bebé que comienza a soltar risitas dulces que hacen que el corazón de la castaña se acelere de la emoción y ternura, aumentando su anhelo de sostener entre sus brazos a la copia idéntica de el hombre más fuerte de la humanidad.

—Al pequeño Murat le agradas.—menciona la azabache acercándolo a la mujer castaña que sigue con la misma emoción, lo tiene entre sus brazos el bebé sonríe al notar la total atención de Hange, acerca una de sus diminutas manitas a los cabellos de la mujer que no tiene idea de sus intenciones, un tirón le hace caer en cuenta que hablan del hijo de Levi, no tenía nada de inocente, de tal palo tal astilla.

...

Baja del caballo, busca con la mirada a su mocosa que debía estar en la entrada junto a su hijo, se decide a entrar después de unos minutos de esperarlos, explora cada una de las oficinas que se encuentran repletas de cadetes creando nuevas estrategias junto a los nuevos capitanes, cierra los ojos al estar frente a la puerta que pertenecía a la oficina de la loca cuatro ojos, implorando que a su esposa no se le haya ocurrido dejar al bebé en cuidados de Hange.

Entra sin avisar, descubre que efectivamente tenía la razón, se le ocurrió dejarlo en manos de una loca.

Se acerca al escritorio extendiendo sus brazos para recibir al bebé que se emociona al verlo, gritos de felicidad extrañan a la comandante de la legión que se niega a dárselo.

—Vaya, tienes a alguien que se emociona por tu llegada.

—Tks, dámelo Zoe. No quiero que le pegues lo rarito.

La castaña lo deja entre los brazos de su padre, proporcionando antes una suave caricia en sus cabellitos azabaches provocando una sonrisita en el bebé que se muestra encariñado a la tía Han.

—Ti-tan—pronuncia el bebé entre risitas traviesas.

Los ojos del azabache se abren de par en par, su ceño se frunce al instante, su mirada acusadora se dirige a la castaña pero el sonido de la puerta siendo abierta lo hace devolverla a la entrada donde la madre del pequeño bebé retrocedía lenta y disimuladamente.

—¡Mikasa!

El grito de el hombre significa una cosa para ambas, una señal de huida, la castaña pasa sobre su escritorio sin importarle maltratar los documentos que tenía encima el mueble de madera, para poder correr y irse lo más lejos de su mejor amigo.

𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 𝐢𝐬 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐲𝐩𝐞 𝐨𝐟 𝐝𝐚𝐝...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora