𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 𝐢𝐬 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐲𝐩𝐞 𝐨𝐟 𝐝𝐚𝐝...

09. Labor de parto

Levi es el tipo de padre que volvería a actuar como la primera vez al saber que su mujer esta por dar a luz, la sujeta entre sus brazos para llevarla hasta la carreta, aún así no puede evitar mostrarse inquieto, no saber que hacer se queda en blanco.

Por suerte los gritos de su mujer con palabras subidas de tono lo hacen reaccionar y subir de inmediato, la deposita en la parte trasera, acomodándola suavemente antes de tomar su lugar para conducir deposita un beso.

Murat se queda al cuidado de sus tíos dejando tranquilos a la pareja de azabaches que se dirigen rápidamente al cuartel donde Hange ayudaría con el parto. Al llegar no se demora ni un segundo en bajar cuidadosamente a su esposa que grita del dolor por pas fuertes contracciones, es recibido por la castaña y unos cuantos cadetes que servían de auxiliares en el área medica de la legión de reconocimiento.

—Cálmate, mocosa. Todo estará bien.

—No me pidas que me calme cuando tu no eres el que esta por traer un hijo al mundo—grita exaltada.

—Pero que humor—murmura.

—Te escuché—grita antes de ser separada de su marido para poder colocarse un atuendo más adecuado para recibir la vida que estaba a nada de llegar.

Los gritos de Mikasa provocan la misma sensación en él, una preocupación que lo invade profundamente también una gran culpa al hacerla pasar por dolorosa situación, sabía que la azabache amaba los mocosos y que su mayor sueño era tener un hogar repleto de ellos, un ambiente amoroso, cálido que estuvo dispuesto a brindarle pero la duda surgía al escucharla sufrir.

Un último grito que es desgarrador, que lo acerca aún más a esa puerta que los aparta lo hace aumentar cada vez más su preocupación, su paciencia se agotaba al escuchar el silencio total, un llanto lo devuelve a la vida, reconocería fácilmente esa señal de una nueva existencia en este mundo.

Esta apunto de abrir la puerta sin pedir autorización, pero se detiene al oír que los gritos comenzaban, confundiéndolo, espera ahí lamentándose de no entrar y quedarse junto a ella, aunque tuviera que aceptar a Hange como madrina. Camina de un lado a otro impaciente, la impotencia le ganaba lo destruía. 

Hasta que vio como la puerta se abría invitándolo a pasar, sus pasos eran lentos y temerosos, el silencio inundaba el lugar, el rostro de la azabache se encontraba pálido, sus ojos estaban cerrados y alertaban al hombre que dirigía su mirar a la castaña en busca de una explicación.

—Eran gemelas, una de ellas...no logró sobrevivir, Levi.

—¿Gemelas?—pregunta sin poder creérselo acercándose a la mujer azabache tomando entre sus manos su frágil y fino rostro—No te preocupes, no tienes que avergonzarte hiciste lo que estaba en ti para traerla al mundo...no te odies, mocosa.

...

—¿Como se llamará?

—Isabel—responde con seguridad acariciando el escazo cabello de la bebé que se encontraba siendo alimentada por la mujer que unas horas atrás lloraba.

La sorpresa que le genero al hombre escuchar nuevamente ese nombre atrayendo consigo la tristeza y recuerdos gratos de su hermana menor, lo hacen acercarse para depositar un beso en la cabeza de la mujer que seguía anonada con la preciosa carita de su bebé.