Donde quiera que estés.

372 20 9
                                    

Realmente nunca pensé que el amor fuera para mí, de hecho siempre lo he negado en mi corazón.
Pero todo eso cambio aquel día, bajo aquel estrellado cielo, mientras nuestros cuerpos estaban siendo abrazados por esa cálida brisa de la noche...
¿Lo recuerdas, Bonnie?"

-------------------------[capitulo 1]--------------------------
             
Narrador omnisciente:

Es un 4 de marzo, 7:30am.
La noche había pasado, un día soleado sin un rastro de nubes yacía.
Para algunos, sería un día espectacular para hacer sus actividades del día, como comenzar las clases...pero no para otros.

"Bip, bip, bip, biiiip..."

De un momento a otro el sueño de una adolescente azabache había sido interrumpido.
La chica dio un pequeño espasmo sobre la cama para luego extender un brazo y apagar de manera brusca la alarma.

Ella sabía lo que venía, le pasaba todas las mañanas, así que se limitó a suspirar y esperar el tan común acontecimiento que le iba a deparar.

Fue en cuestión de segundos...
Desde fuera de la habitación se escuchaban unos pasos apurados dirigiéndose a su pieza.

-Tres...dos...- antes de que pudiera terminar se escucha como la puerta de su habitación es abierta bruscamente por un señor canoso con lentes, que se mostraba con bastante energía.
La joven se preguntaba:
"¿¡Por qué mierda Simón siempre tiene esa energía a estas horas de la mañana!?"

-¡Buen día, mi pequeño retoño de jazmín, es hora de despertar!- abrió las cortinas del cuarto de la chica, dejando entrar la luz del aquel "hermoso" día.

-Argh, por Dios, Simón ¡Cierra esas cortinas!- dijo la azabache, para luego taparse de nuevo con sus cobijas.

-Oh vamos chica vampiro emo, no es tan malo, además hoy es tu primer día de clases, no puedes tener esa energía de vieja amarreta desde tan temprano- el mayor se cruzó de brazos mientras le hablaba al bulto que vendría a ser su sobrina.

-Oh sí que puedo- desafío al mayor haciendo su agarre a las cobijas más fuerte.
-Sabes muy bien que no me gustan los primeros días de clase...- argumento la menor.

-Si querida, no te gustan los primeros días de clase, ni el colegio en sí- arremato el anciano -Vamos, mueve esa cola, ya te prepare el desayuno-.

La morocha gruño bajo las sabanas, pero sabía que no tenía otra opción, de lo contrario, su tío vendría una segunda vez, pero no de una manera tan agradable...

La chica se estiro en la cama, de pronto la sentía más cómoda.
-De acuerdo...- susurro para ella misma, luego se dispuso a sentarse en la cama y mirar por unos segundos un zapato que estaba tirado en el suelo.
Unos minutos pasaron, la joven se puso de pie. Su cama claramente la estaba llamando a gritos desesperadamente, pero no podía, este año se comprometió a ser más responsable.
-Mm, aquí vamos de nuevo..-

La azabache se dispuso a cambiarse.
Se colocó unos jeans negros, con una rotura no muy grande en la zona de las rodillas, una camiseta estampada no muy larga de manga corta, color gris oscuro. Obviamente no podían faltar su par de botas Caterpillar negras brillantes.

Un poco apurada busco algunas cosas que le faltaban en su mochila, la verdad era que no había tocado esa mochila desde que empezaron las vacaciones, pero como la azabache no es alguien que se preocupe mucho por los útiles, con un cuaderno, un lápiz y una goma le bastaba.

Ya estaba preparada para salir de su habitación, pero antes de salir se detuvo en seco.
Retrocedió unos pasos para luego dirigir su mirada a la cosa que le llamo la atención.

Una foto suya y de su amiga, o mejor dicho su amor imposible, yacía en su mesa de luz.
La morena clavo su vista en esa foto anhelando las pequeñas aventuras que le corrían por la mente al verla, acompañando todo eso con una mirada sincera y una cálida sonrisa.

Dio unos pasos hacía donde estaba el objeto.
Delicadamente toca la foto precisamente donde se encuentra esa chica, como si por producto de la imaginación sintiera que realmente estaba tocado su sedoso pelo, como lo recordaba.

-Buenos días, princesa...- su sonrisa se desvanecía mientras esas palabras salían de su boca.
Realmente la extrañaba, extrañaba la calidez que le había brindado alguna vez esa hermosa chica.
Los sentimientos de la azabache aunque  quisiera, nunca habían cambiado.
Ya habían pasado varios años desde que había visto a esa niña, pero, cuando la recordaba, vivía todos sus recuerdos como si fuera la primera vez.

De hecho, esa fue la primera vez que la morocha sintió ese tipo de amor...

La joven nunca encontró ese sentimiento en ninguna persona que haya conocido hasta ahora.
Ha estado buscándola mucho tiempo, de verdad quiere encontrarla de nuevo, siente que es una persona que vale la pena buscar.

-Dime, por favor que donde quieras que estés...- hizo una pausa para tomar la foto entre sus manos y contemplarla más de cerca -...aún me recuerdas...- dijo para finalizar su momento emotivo y dejar la foto en su lugar.

Lo que no sabía Marceline es que su viejo tío estaba observando la situación mientras reposaba en el marco de la puerta del cuarto.
Marceline al percatarse de eso, bajo la cabeza, el anciano sabía lo que ella sentía por esa chica, lo sabía más que nadie.

-Marcy...- el viejo Simón sabe que no puede hacer nada más que apoyarla y bridarle su hombro para que se descargue.

Marcy no dijo nada, solo camino rápido para abrazarlo de manera desesperante. El anciano le correspondió el abrazo mientras acariciaba su cabeza.

-Yo sé que estos días te ponen sentimental, pequeña...pero algún día vas a tener que superarlo-

-Lo sé, es que...- la chica se separaba lentamente del abrazo mientras se limpiaba las lágrimas y miraba seriamente a su tío, haciendo esa coraza de "soy una chica insensible" otra vez.
-Solo, odio los primeros días de clase- escupió la chica, un tanto avergonzada por el hecho que acaba de pasar.
Simón le cedió el paso y ella siguió con su camino bajando las escaleras para tomar su desayuno.

El mayor, solo suspiro, no entendía como su sobrina era tan terca.

Simón la ayudo en lo que pudo en su búsqueda de su "amor perdido" algo que es muy complicado, porque no sabían el nombre de la chica, extraño ¿no?

Él tuvo que ver de esta manera a Marceline todos los 4 de marzo, generalmente estos días caían los primeros días de clases en Ooo. Al principio no entendía, pero en unos de esos arranques de tristeza que tuvo la morena, le comentó cual era la razón de sus lágrimas esos días...

Mi único amor || 【𝔹𝕦𝕓𝕓𝕝𝕚𝕟𝕖】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora