El pelinegro se sentía como en un sueño, realmente no creía todo lo que pasaba, mientras intentaba asimilarlo todo entre sollozos abrazando a Bokuto. Este se limitaba a sólo consolarlo pasando su mano por el cabello y luego espalda del contrario sin aún quitar esa sonrisa que parecía ahora más una calmada y amable, que enérgicas.
—¿Sabes? sigues siendo tan hermoso como la primera vez que te vi— Akaashi, que poco a poco se estaba recomponiendo nuevamente aún sin romper el abrazo sonrió levemente mientras mantenía su frente en el hombro de el más alto. Bokuto sintió esbozarse la sonrisa del pelinegro la cuál tambien le contagio a realizar la misma acción.
Luego de un rato deshicieron el abrazo y tomándose de una mano se sentaron en el pasto. Keiji seguía cuestionandose qué era lo que pasaba ¿Era esto acaso un sueño del que pronto iba a despertar?, una parte de él quería saberlo pero otra le gritaba que disfrutara el momento y sólo se dejara llevar, que se diera este momento y este lugar para ser feliz junto a un Bokuto que no sabría si pronto desaparecería también.
Bokuto se percató de las expresiones de Akaashi y como si hubiera leído su mente comenzó a hablar— ¿Que pasa, Keiji? ¿Crees que esto es un sueño o algo así?— usando un tono relajado miró al mencionado, obteniendo como respuesta un leve asiento de cabeza, el de ojos amarillos soltó una sonora carcajada y negando levemente con la cabeza acercó un poco su rostro al de expresión más seria.
—Te dije que podríamos vernos en otra vida ¿No lo tomaste en serio? Pues mira, tenía razón, Akaashi— dijo en un tono bajo mientras esbozaba una sonrisa victoriosa