Capítulo 05

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— Vamos a jugar a la botella —

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— Vamos a jugar a la botella —

Viernes por la tarde y estoy sola en mi casa, me hace mucha falta mi mamá los Viernes cuando llega de trabajar vemos una película y nos contamos nuestra semana. Suspiré, decidí hacer unas galletas de chipas de chocolate y un poco de chocolate caliente para sentarme a ver una película, yo sola.

Por otro lado estaba un poco molesta, Jackson sin duda alguna era un idiota ¿Cómo se atrevía a tratarme de esa manera delante de esa gente? Parecía una loca acosadora.

Estúpidos chicos populares.

Fui a la cocina y saque todas las cosas que necesitaba, mi mamá sabe lo mucho que me encanta la cocina sobre todo la repostería por lo tanto siempre intenta que haya siempre los ingredientes necesarios para cuando se me ocurra hacer cualquier postre. Termine de hacer mis galletas y el chocolate, lleve todo lo que iba a necesitar a la sala, odiaba el tener que pararme a mitad de película porque se me olvido algo o necesitaba ir al baño, después de asegurarme de que todo estaba en orden, me senté a disfrutar. 

Mi culo no había tocado el sillón cuando el timbre sonó. 

 — Pero, ¿Por qué? — Exclame al techo y fui abrir la puerta. 

Me encontré que en mi entrada estaba el idiota mayor. 

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunte seria. 

— Dios, ¿Siempre tienes esa mala actitud? — Alce una ceja. — Quería disculparme contigo, no estuvo bien la manera en como te trate en la mañana. 

— ¿Eso es todo? 

— ¿Me puedes ayudar con algo que no entendí? 

— Suspire. — Entra. 

Me hice a un lado para que entrara, después de todo yo le había ofrecido mi ayuda y me pagaba 50$ por ayudarlo, no se que haría con tanto dinero, tal vez le compre algo lindo a mamá. 

— ¿Siempre estas así en tu casa? — Fruncí el ceño pues no entendía que se refería, me miro de arriba a bajo y caí en cuenta del tipo de ropa que tenia, un short blanco y una camisa de tirantes gris. 

— Pues si, es mi casa. — Trate de sonar lo más casual posible, sin embargo me daba un poco de pena que me viera así y era la segunda vez. — Aparte, no sabia que vendría esperaba tener una tarde tranquila de galletas y películas. 

— Por mi no te preocupes, no me importa que estés cómoda, después de todo es tu casa. — Me guiño el ojo y fue hacia la sala. — ¿Titanic? ¿En serio? 

— ¡Oye! Viniste a que te diera clases o a criticarme. 

— Levanto las manos en inocencia. — Es una buena película. 

— Iré por mi cosas. 

— No te vayas a cambiar, no dañes tu comodidad por mi. — Me guiño el ojo y yo sonreí algo divertida.

La nerd apuesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora