29. Al fin te encontré

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La noche había llegado, las estrellas los acompañaban y mientras todos se preparaban para festejar el nacimiento del nazareno, Harry y Louis estaban en aquel café de siempre esperando a Jey y a Sam para poder asistir a una fiesta infernal.

— ¿Listos? —preguntó Jay llegando a ellos, Louis se giró a Harry para verlo a los ojos.

—Listo.

—Bien, antes vamos a hacer una cosa, Harry colócate en el centro—el rizado sin saber muy bien que estaban haciendo se colocó en el centro, el resto formó un círculo a su alrededor.

—tu alma es demasiado pura en este momento, que hayas pecado nos sirve un poco, pero no podemos mentirle al rey de la maldad y lo sabes —le dijo Louis

—Solo vamos a proteger tu alma, vas a estar bien, es un pequeño canto para poder cubrir tu divinidad— comenzaron a cantar en latín, sus manos apretándose fuertemente, el corazón de Harry latiendo rápidamente y los ojos de los seres infernales se vistieron de blanco y los de Louis de un rojo intenso, miles de palabras en rima salían de sus labios y una llama comenzó a nacer de sus manos. Luego se detuvieron, el color de sus ojos volvió, pero ahora una raya los cruzaba.

—ahora si está todo listo, por cierto, todos conocen a Harry en el infierno, por eso convertimos esto en una velada con antifaces.

— ¿todos los usarán? —preguntó inocentemente Harry.

—creo que tu bondad es un poco más fuerte que la maldad que pusimos en ti—bromeó Sam.

—En el infierno la mayoría de demonios no tiene forma humana, algunos tienen tres cabezas, el infierno está perturbado, maldito, solamente Jey, Sam, mi padre y yo, tenemos forma humana—explicó Louis.

—Dijimos que tú eres un nuevo demonio, Lucifer no aparecerá mucho tiempo, serán un par de horas, te prometemos que regresarás sano y a salvo—dijo Jey y Harry solamente asintió.

—bien ahora, es mi deber llevarte a las puertas del infierno, andando— volaron por todo Doncaster, hasta llegar a una montaña.

—no te separes de mí en ningún momento ¿bien? —le dijo Louis.

—bien— Harry se abrazó al torso de Louis, el arcángel lo envolvió con sus alas y el rizado apretó sus ojos, sintió un calor abrumador que por suerte no duró mucho, luego los brazos de Louis se aferraron a él, su corazón seguía latiendo rápidamente, y estaba sintiéndose cansado y no supo en qué momento se quedó dormido, un susurro lo despertó, la voz suave y rasposa de Louis lo despertó y las palabras que salieron de sus labios lo asustaron un poco.

—Bienvenido al infierno, pequeño arcángel—abrió sus ojos por completo y lo primero que vio fue un bosque oscuro, el sol dando suaves destellos de luz y un par de estrellas lo acompañaban, pronto, aparecieron tres animales: una pantera, una loba y un león.

—te presento a la lujuria, la codicia y a la soberbia—no eran de un tamaño normal, eran animales alegóricos que rondaban por aquel bosque, siguieron caminando y una puerta apareció frente a él y un cartel con una advertencia lo adornaba.

"Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, abandona la esperanza si entras aquí"

𝚃𝚑𝚎 𝖍𝖊𝖆𝖛𝖊𝖓 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝖍𝖊𝖑𝖑   ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora