Cuando decías que recordar se sentía demasiado como volver a casa, y cuando en realidad eras el hogar en el que yo querría crecer.
Pero yo no te escribo poesía.
No porque no pueda. No porque no sepa. No porque no quiera. Sino porque ni una sola pieza de poesía puede describirte, hablarte, expresarte, adorarte lo suficiente. Lo necesario. Lo debido.
Me frustra, me cansa, me irrita. Hojas tras hojas, tinta tras tinta, tiempo y tiempo y sudor y lágrimas. Siento como que me falta voz cuando pienso en ti. Como que me dejas muda, o balbuceando, o yo qué sé. Las palabras se me escapan entre las manos y no sé qué hacer con mis sentimientos alborotados.
El otro día intenté escribirte, pero terminé escribiendo sobre un hogar en el que nunca podré vivir.
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El eco de tu presencia
PuisiEl des de amores, textos sueltos que se asemejan al eco de tu presencia.