Delta ♯「𝙨𝙤𝙤𝙟𝙪𝙣」[EDITANDO]

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Jeon había obedecido las súplicas del mayor, quien ahora se encontraba sobre su cuerpo rogándole que le tocará.

—Por favor, hazme sentir bien SooBin —YeonJun se movía inquieto en el regazo del delta, estaba impaciente por sentirlo.

Los labios del menor se dirigieron a su cuello, quería hacerle saber a todos que efectivamente, YeonJun era suyo... Recorrió con besos su pecho, de vez en cuando dejaba algunas mordidas y esto ocasionaba que los jadeos del Omega se convirtiera en gritos más sonoros.

—Eres precioso hyung —Jeon SooBin lamía con delicadeza uno de los pezones del omega, YeonJun no podía hacer más que soltar sonoros gemidos, el delta adoraba eso.

—¡Agh... D-Delta! —Los ojos del mayor se abrieron de sorpresa al sentir los dientes de SooBin mordiendo delicadamente su botón. —Más... Ah —El ex alfa apretaba con fuerza las sábanas, nunca se había sentido como aquél día.

—¡Aah... Ahí, Sí... Mgh..—SooBin embestía a su mayor sin piedad alguna. El sonido de ambas pieles chocando era muy fuerte, en cualquier momento los padres de YeonJun podían entrar y sacar al Delta a golpes, ero en ese momento les daba igual.— ¡Oh, Dios... Me encanta!.

—No hyung...—SooBin lamía su cuello con ímpetu, dispuesto a remarcar la mordida en su piel.ż No es Oh Dios, es Oh Delta, o algo así —Choi sonrió, ese niño le producía tanta ternura a pesar de que en ese momento lo estuviera preparando para no caminar en un largo tiempo.

—SooBin-Bin... Aah —El menor se sintió extasiado al escuchar su nombre saliendo de los labios del mayor, y sin previo aviso mordió el cuello de YeonJun nuevamente—¡A-Aah! —un gritillo anuncio como su ahora Omega llegaba al orgasmo. 

Ambos se abrazaron mientras el nudo comenzaba a hacer acto de presencia, los ojitos de Choi soltaban lágrimas... No recordaba que doliera tanto, pero los besos de su SooBinnie le hacían que el dolor disminuyera.

—Hyung, no sabe cuánto había deseado estar así con usted —Dijo SooBin acariciando la cintura de su mayor.— Usted al fin está aceptando mis caricias, y no solo por su instinto —Sus besos no paraban— Hyung, voy a prometerle una cosa.

—¿Qué haces? —YeonJun se estremeció cuando el menor le abrazo de tal forma de que su cabeza quedará en contacto con su pecho.

—¿Lo escucha? —sonrió, el nudo comenzaba a desaparecer.— Mi corazón está latiendo rápido, muy rápido... ¿Sabe quién es el culpable? —YeonJun sintió como su pulso también se aceleraba —Así es, Choi YeonJun... Me gustas, no... Me encantas, me fascinas — YeonJun solo quería escuchar las dos palabras salir de los labios del delta.

“Te amo”