✨Genshin Impact✨

El consentido del Arconte Anemo

Ship
Diluc x Venti
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La relación de Venti y Diluc solo fue haciéndose más estrecha desde aquella cita que tuvieron en el Obsequio del Ángel.

Siempre buscaban un momento para estar juntos, ya sea en las aventuras acompañando a Aether o en el Viñedo cuando Diluc tenía mucho trabajo y esta noche era una de esas.

El bardo estaba acompañando al pelirrojo hasta que este acabara su trabajo y pudieran ir a dormir juntos; para pasar el rato fue a la cocina a buscar algo de beber, por supuesto él tomaría algo de vino y buscó jugo de uvas para su novio.

Entró nuevamente en el estudio de Diluc y lo vio suspirar mientras masajeaba sus sienes, definitivamente estaba estresado por que algo no estaba resultando como esperaba. Sin pensarlo más, Venti se acercó a Diluc y le ofreció el jugo para que se tomara un pequeño descanso.

—Puedes continuar con eso mañana, te noto tenso.

—Me gustaría acabar este papeleo ahora para estar libre mañana y pasar todo el día juntos, pero hubieron algunas confusiones con un encargo de materiales.

Venti acabó su copa de vino de un sorbo y fue a sentarse sobre las piernas de Diluc para tratar de convencerlo de que dejara un poco el trabajo y descansara.

Rodeó sus hombros suavemente y dejó pequeños besos en su mejilla derecha.
—Debes descansar un poco, cariño.

Diluc sonrió por el cariñoso apodo y se dejó hacer por el pequeño, a él realmente le gustaba recibir muestras de afecto, aunque su cara pareciera lo contrario.

Venti guio sus besos hasta los labios ajenos, que aceptaron el contacto con gusto. Lo que comenzó con un tierno beso se convirtió en algo fogoso, con el bardo ahora sentado a ahorcadas del contrario.

El pelinegro suspiró cuando sintió el bulto en los pantalones de Diluc rozar su trasero, provocando que este sujetara sus caderas y las moviera un poco para repetir la acción. Venti se dejó hacer, ya que él también deseaba estar de esa manera.

El pelirrojo interrumpió el beso para mirar directamente a los ojos esmeralda del bardo.
—¿Puedo tocarte?— La pregunta enterneció a Venti, sin duda su novio era todo un caballero.

—Claro que puedes.— Venti le susurró mientras guiaba sus manos hasta el dobladillo de su camisa en el cuello, dándole permiso de desvestirlo.

Diluc deslizó sus manos con cuidado por el torso del contrario, hasta quedar en su corsé, el cual comenzó a desabrochar con cuidado sin quitar su vista de los ojos ajenos.
Venti agarró el rostro del pelirrojo y siguió besándolo hasta que no pudieron resistir y Diluc lo levantó para que rodeara su cintura con las piernas.
Llevando al contrario hasta la habitación, donde lo recostó sobre la cama con delicadeza; suavemente comenzó a desabrochar su camisa mientras repartía besos en cada centímetro de piel expuesta.

Una vez la camisa del contrario estuvo fuera, pudo ver a la perfección el tatuaje brillante en el pecho de Venti.
—Eres hermoso.— Dijo embobado el pelirrojo, pues realmente encontraba al bardo bello.

Venti se sonrojó por los cumplidos que el menor le decía cada vez que podía; un suspiro entrecortado escapó de sus labios al sentir la boca de Diluc rozar uno de sus pezones para luego besarlo y morderlo.