Retazos de un adiós.

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"Hola, han pasado dos meses desde mi última carta, no había tenido el valor para volver a sostener la pluma hacia tu dirección.

Hoy seré directa, cariño: Julia volvió con su exnovia.

Debería decir que me duele, que me enoja, que me carcome el alma pensar que no fui suficiente para ella. Pero la verdad es que sólo siento envidia. Tanta envidia. Porque pudo hacer lo que yo deseé (y deseo) durante años.

Y a la vez no puedo decir que no me resulta tan doloroso. Y que pese a lo de antes, sería mentirme a mi misma si digo que no me importa.

Que no extrañaré sus besos, su piel y los suaves rizos negros de su cabeza. Sus labios aterciopelados y sus largas piernas, el lunar junto a su ojo izquierdo, que besaba cada noche después de hacerle el amor. Sus uñas cortas y sus eternas, eternas pestañas.

Su exnovia no la merece, yo tampoco lo hago. Una vez me dijo que era una basura egoísta, hoy sé que tenía razón.

La amaba, no tanto como te amo a ti, pero la amaba.

Y no diré que esperaba arrancar tu recuerdo de mi pecho, porque sería aceptar que Julia sólo es un reemplazo, que su presencia en mi vida es tan prescindible como el detergente azul que uso para limpiar los platos. Los platos en los que me acostumbré a cenar, con ella, cada noche.

No quiero arrancarte de mí, reemplazar con otro cuerpo el tuyo ni opacar tu voz con la suya. Pero no diré que no la amaba, que la calidez de su piel y sus abrazos no estaban enterrándose tan profundamente en mis sentidos hasta dejarme jadeando y con los ojos nublados, que estaba generando en mi algo que pensé que nunca sería capaz de sentir de nuevo.

Pero se fue, y ahora sólo estás tú. Y no entiendo porqué esas ocho palabras se anudan en mi garganta y traen al insomnio como acompañante.

Vuelves a ser la única a la que amo. Y sin embargo, no estoy segura de que eso sea lo que quiero.

Lisa."

Delito textual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora