Insomnio.

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“Son las tres de la mañana y el insomnio toca mi puerta como tú supiste hacerlo años atrás, sólo que la felicidad de verte caminar descalza y en silencio hasta mi cama, abruptamente se transformó en un borroso recuerdo. Ahora, cuando miro la puerta, sólo está el silencio impasible haciéndome compañía, y detrás, el fantasma de tu silueta parado junto al marco. En esas noches, ni siquiera me mirabas.

Me gusta creer que en algún lugar, en algún momento, habrá una oportunidad para mí, para ti, para poder contar pétalos de la mano y que nos engullan los capullos en flor. Quizá en otro mundo, en otro tiempo, en otra vida.

Me gusta tanto como dejarte estas cartas bajo la almohada, para después volver arrepentida y sacarlas antes de que las veas.

Lisa.”

Delito textual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora