parte#2

9 1 0
                                    

Introducción: estás pálabras que voy A publicar no fueron escrita por mí.
Eternidad: la definición misma de Dios implica que Él es un ser eterno, de manera que nunca ha habido un momento en que Dios no haya estado presente. Nadie creó a Dios; Él siempre ha existido. Cualquier ser creado es criatura, pero Dios es creador. Esto abarca también a la segunda persona de la Trinidad precisamente por ser Dios (Isa. 9:6; Juan 1:1; Juan 17:5). En Apocalipsis 1:17b-18, Cristo mismo atestigua acerca de Su eternidad.

Apocalipsis 1:17b-18: «No temas, yo soy el primero y el último, y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades».

Omnipresencia: la omnipresencia implica que no existe lugar en el universo que Su presencia no llene. Cristo en Su humanidad durante Su paso aquí en la tierra estuvo en un lugar a la vez, pero en Su divinidad su mente seguía penetrando cada rincón del espacio físico. La siguiente cita nos habla de su capacidad de estar en más de un lugar a la vez.

Mateo 18:20: «Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Omnisciencia: es la habilidad de conocerlo todo de forma simultánea e instantánea, pero es más que eso. Es la capacidad de conocer el final desde el principio, de conocer hoy lo que va a ocurrir mañana y de conocer todo lo que fue, lo que pudo haber sido y lo que podría ser en el futuro. En esencia, ser omnisciente implica conocer todas las posibilidades y todas las eventualidades desde la eternidad. Es conocerlo todo desde siempre. El siguiente es un texto que habla de este atributo en la persona de Jesús.

Lucas 6:8: «Pero Él sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ven acá. Y él, levantándose, se le acercó».
Omnipotencia: esto implica que Dios no tiene limitaciones en cuanto a lo que Él quiera hacer. Él es capaz de hacer con Su creación, y dentro de Su creación, todo cuanto Él desee. Las únicas limitaciones que Dios puede tener son aquellas relacionadas con Su carácter. Por ejemplo, Dios no puede mentir; Dios no puede pecar porque ni siquiera puede ser tentado.

Jesús demostró Su omnipotencia en múltiples ocasiones. Cada uno de Sus milagros puso en evidencia Su poder sobre todo lo creado.

En Mateo 28:18, Jesús afirma que toda autoridad le ha sido dada en el cielo y en la tierra, y en Juan 11:38-44 vemos cómo ante el mandato de Su voz Lázaro es vuelto a la vida. El ejercicio del poder sobre la muerte es evidencia de Su omnipotencia. En Apocalipsis 1:8, Él es llamado el Todopoderoso.

Inmutabilidad: Dios no cambia; Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Él no es afectado por el tiempo ni por el espacio. Dios vive en un presente continuo. La Palabra atestigua esto con relación a la persona de Jesús.

Juan 8:58: «Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy».

Hebreos 13:8: «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos»

𝐋𝐔𝐙 𝐌𝐄𝐒𝐈𝐀𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora