Capítulo 14

99 11 141
                                    

14 | Oh, qué pena... Hasta los más inocentes esconden algo

❝𝐂𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭 𝐛𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐚 𝐬𝐭𝐫𝐨𝐧𝐠 𝐦𝐢𝐧𝐝 𝐚𝐧𝐝 𝐚 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭.❞

Matt y Kenzie ingresaron en el comedor juntos, buscando con la mirada a su compañera. Segundos después, la hallaron sentada muy al fondo, rodeada de voces ajenas y ruidosas por parte de las mesas vecinas, y con la cabeza metida en su móvil.

Ciertos mechones del cabello lacio- pero desordenado- de Kenzie se deslizaron en cada lado de su cabeza a medida que daba uno de sus pasos apresurados. Matt caminaba a su lado con ambas manos en sus bolsillos, con el mentón alzado y los ojos observando de lado a los demás jóvenes que ocupaban espacio en la cafetería.

En cuanto llegaron a la mesa; Skyler alzó la cabeza conectando sus ojos con los del castaño, para después dirigir sus orbes a su amiga. La miró con pasividad, ojeando su tirita ya mejor pegada en el puente de su nariz. Su cabeza elaboraba preguntas sin parar, pero estas fueron cubiertas rápidamente por otras que tenían más su atención.

-¿Habéis visto las noticias? -habló la mayor, apoyando sus antebrazos en la mesa. Su suéter gris oscuro contrastaba con la coloración suave de esta.

Matt, que se encontraba cogiendo la bandeja que Skyler le había preparado a petición suya, negó con la cabeza frunciendo su ceño. Kenzie cogió su bandeja correspondiente- también preparada por su amiga-, y su única respuesta fue entrecerrar los ojos en su dirección.

-Ha habido un asesinato hace nada. Cerca de esta zona, en un parking -comenzó a contar, en voz baja-. De lo que he leído, dicen que tiene las mismas heridas de Max. Las mismas.

-Ah, espera, ¿hablas del mismo asesinato que ronda por las redes sociales últimamente? -Kenzie preguntó, totalmente sorprendida-. No sabía lo de las heridas.

El varón comenzó a trazar círculos continuos en su lata de refresco; mientras tenía la vista puesta en la mesa, llenándose de ideas y pensamientos.

¿Mismas heridas?¿Un tiempo después del asesinato de Max?

La situación se había tornado más extraña de lo que ya era. Los tres adolescentes se encogieron en su sitio, cada uno sintiendo emociones distintas.

«¿Entonces qué es?¿Un asesino serial? ¿Max sólo fue un desafortunado más?» pensó Matt, sintiendo su respiración pesada.

-¿Qué...? ¿Qué pensáis? -articuló finalmente la joven.

Su vecino suspiró a la vez que se relamía los labios. Las dos chicas le miraron intrigadas, y él habló tras abrir su refresco.

-Tenemos que prestar más atención a quiénes nos rodean. Fue en Seattle, y ocurrió en nuestra zona. Dos asesinatos en un mismo distrito. No es una coincidencia.

-¿La chica conocía a Max? -inquirió Kenzie mirando a la castaña.

Ella se encogió de hombros, jugando con sus manos.

-No lo creo. Por lo visto es una tal Sam Taylor. No me suena de nada, ni siquiera de esta universidad. Dicen que trabajaba en un restaurante de comida rápida. De nuevo, no me suena nadie trabajando en un lugar así. Pero preguntaré por ella de todas maneras.

-¿A ti te suena esa chica, Mack? -cuestionó Matt tras haberle dado un trago a su bebida. Los gases de esta le dieron una sensación de quemazón en la garganta.

La susodicha negó pasando su vista a su bocadillo intacto. Se cruzó de brazos sobre su pecho y largó un suspiro de cansancio mientras se masajeaba la sien.

El caso de Max Denovan © 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora