Epílogo

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No es un adiós, es tan solo un hasta luego

Era una mañana soleada, una hermosa mujer estaba sentada en una banca de un parque de juegos. Su pequeña hija estaba intentando subir al castillo que estaba en el centro, le encantaba llegar a la cima para después bajar por la resbaladilla. Su otra mamá se había encargado de enseñarle a trepar los escalones para que no se lastimara al intentarlo hacerlo ella sola, solo tomó unos minutos y par de intentos para que la pequeña empezará a jugar por su cuenta "¿Dónde estará?" Le preguntó a nadie, no era extraño que su rubia favorita desapareciera, pero había prometido estar cerca. Hoy era el gran día, después de pedirlo durante mucho tiempo los superiores le habían concedido el favor de ver a su padre, aunque solo sería esa única vez. Él, como todos los antiguos Rebeldes ahora tenía una nueva vida, una dónde no recordaba nada de la orden y los Guardianes. Su hija se lanzó por la resbaladilla, solo que está vez cayó de pompis, su instinto materno la impulso de su asiento para ir a ver qué todo estuviera bien, pero una mano fuerte la detuvo.

"Dale unos segundos, a esa edad las cosas pasan en un suspiro" Mia observo al hombre, era él. Estaba más viejo obviamente y tenía canas en su cabello, pero aún tenía esa sonrisa que recordaba "Mira, ya todo está bien" Mia buscó a su hija con la mirada, era cierto, su pequeña estaba trepando nuevamente para subir al castillo. Había planeado ese momento durante días, lo había ensayado una y otra vez, pero todo paso tan rápido que olvidó que era lo primero que le iba a decir "¿Eres nueva? No te había visto por aquí antes" Él le sonrió, se notaba que era amigable y que para nada era penoso.

Quería abrazarlo, decirle que lo había extrañado y que ella y su madre estaban bien. Pero no podía, se lo habían advertido, si le decía la verdad podría causar un desastre que podría afectar la salud mental de su padre "Solo estamos de paso, vinimos a visitar a un viejo amigo" Se sentó de nuevo tranquilamente, esperando que él quisiera seguir charlando.

"Está bien, vinieron en una buena época, la nieve se ha ido y por fin volvemos a tener días soleados" Se acomodó su sombrero de ala corta, era realmente atractivo.

"¿Viene a menudo?" Le preguntó como si nada, como si no estuviera nerviosa, aunque sabía que eso era mentira.

"Mi hijo menor" Señaló a un niño de alrededor de ocho o nueve años que jugaba en los columpios "Le encanta venir a jugar, afortunadamente aún sigue siendo pequeño como para querer que su papá esté cerca" Se acomodó en la banca y miró a Mia "Cuando crecen todo cambia, mi otra hija me ha prohibido que la lleve a la escuela, se ha conseguido un novio y tiene carro. Así que ahora cada mañana pasa por ella" Mia sonrió, agradecía que Dany le entregará el archivo con toda la información sobre la nueva vida de su padre, de otra forma tal vez los celos la traicionarían "Disculpa que sea atrevido, pero ¿Nos hemos visto antes? Tengo la sensación de que te conozco"

"Trabajaba vendiendo helados en la ciudad, en un puesto que está cerca del gran parque" No mentía, bueno tal vez un poco, porque eso era en otra Terra. Su padre se puso serio "¿Qué ocurre?"

"Es extraño, pero siento que ocultas algo"

Mia le sonrió "¿Por qué lo haría?"

"Cierto, es solo que siempre he tenido está habilidad" Se acercó un poco a ella y cubrió su boca como para que nadie más los escuchara "Es un don ¿Sabes?" ¿Sería posible que su padre aún recordara algo de su vida anterior? "Al menos eso creo" Empezó a reír "Mi esposa dice que estoy loco, pero gracias a este 'don' soy un buen policía"

"¿Eres policía?" Le preguntó con total interés, ella ya lo sabía, pero quería conocer las razones por las que escogió esa actividad "¿Por qué?"

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