Capítulo 10

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DISTANCIA

Había pasado un mes, un largo mes en donde no había pasado ni un minuto sin que pensara en Dany y en Quesito. Los extrañaba, pero sobre todo necesitaba ver de nuevo a la rubia.

Romina la había notado triste y deprimida, en un intento de ayudarla la había llevado a un bar donde le presento a otros amigos con la esperanza que alguno de ellos pudiera ser el reemplazo de la rubia extraña. Pero para Mia no había nadie más, era como si alguien le hubiera arrancado una parte dentro de ella, una muy importante que le permitía seguir con su vida. Lo curioso era que el clima parecía ser un reflejo de su estado de ánimo, las lluvias habían comenzado y el negocio de los helados era más lento en aquellos días. Lento... y pensar que todo había pasado tan rápido aquel día que su madre contó lo que había sucedido cuando decidió ser parte de los Rebeldes.

"¿Tú crees que ella regrese?" Le preguntó a su madre aquel día después de que Dany se marchó.

"Espero que sí, pero que no sea de inmediato" Mia no entendió la respuesta de su madre, pero no hizo falta que le preguntará a qué se refería, ella siempre le explicaba el porqué de sus palabras "Espero que ella se tome el tiempo necesario para tomar la decisión correcta"

"¿Y cuál es esa?"

Dánae le sonrió y puso su brazo sobre su hombro "Aquella en donde todas podamos seguir viviendo tranquilamente" La respuesta de su madre se le hizo frívola y hasta cierto punto egoísta, pero la entendía. Si los Guardianes estaban decididos a capturar a todos los Rebeldes lo más seguro es que se la llevarán y muy posiblemente no la volvería a ver. También estaba su relación con Dany, cuando le pregunto si había alguna regla que prohibiera relaciones con alguien que no perteneciera a la orden, ella no supo responderle "Ellos han cambiado muchas reglas y cuando yo era parte de la orden era algo que no estaba permitido" Dánae abrazo a su hija "Solo espero que eso también sea diferente" Mia se acurrucó un poco más en su madre y espero a que continuará "Sé que la quieres y ella también te corresponde y eso para mí es suficiente"

Después de ese día Mia esperó a que la rubia volviera. No con refuerzos, sino con Quesito y que le dijera que la había extrañado y que buscarían la forma de poder estar juntas sin importar el pasado de su madre y sobre todo esa estúpida regla. Pero cada día que pasaba y Dany no aparecía, sus esperanzas se iban esfumando.

Era miércoles, el primer día en el que el sol aparecía de nuevo. Después de tres días seguidos de lluvia, las personas habían vuelto al parque para disfrutar del hermoso día. Pero no solo era diferente para las demás personas, Mia tenía un presentimiento, algo importante iba a suceder, solo esperaba que fuera ese el día en que regresara Dany.

Mientras que la castaña seguía trabajando la rubia trataba de ocultarse lo mejor que podía para seguir observando a la dueña de su corazón. Había vuelto apenas hace una semana, el primer día se había prometido que solo sería para asegurarse que su chica (porque para ella aún lo era) estaba bien, pero al día siguiente estaba de vuelta y al siguiente de ese y así hasta que se encontró yendo a diario, solo para poder observar a Mia a lo lejos.

"Ya sé que es hora de irnos, pero es que ella..." Trato de explicarle a su compañero, pero no encontraba las palabras correctas "No, claro que no. Ya hablamos de eso y no creo que sea buena idea que nos vuelva a ver" No, Dany había decidido que lo mejor para ellas era que cada una siguiera con su vida, pero había sido imposible, por más que se esforzaba, no podía alejarse.

Quesito lo sabía, había visto a su amiga sufrir, no le había dicho que por las noches la escuchaba cuando lloraba y realmente estaba preocupado por Dany. Su trabajo era deficiente, los animales se alejaban de ella y se negaban a hablarle. Cualquiera podía ver qué Dany sufría, pero, aunque fingía muy bien ante los demás, los animales podían percibir que ella estaba triste. Él estaba dispuesto a ayudarla, aunque eso le costará un regaño por parte de su amiga.

Mia lo sintió, algo estaba por ocurrir, pero no sabía que era. Faltaban dos horas para que su turno terminara, pero algo muy fuerte le estaba gritando que debía de acercarse a la banca donde siempre se sentaba con Dany "Vuelvo en un momento" Fue lo único que dijo antes de quitarse el mandil y dirigirse a ese lugar.

Entonces sucedió, fue como aquella primera vez; un pequeño ratón corría hacia ella y detrás de él corría una chica rubia. Sí, era Dany, la dueña de todos sus pensamientos. El ratón continuó corriendo y como aquella vez se agachó para poder atraparlo con sus manos "Me da gusto verte de nuevo mi pequeño amigo" Le dio un beso y lo puso en su hombro esperando a que Dany llegara hasta donde estaba ella, pero la chica rubia se detuvo a tan solo unos pasos de Mia. Ahí estaban dos corazones separados, pero que formaban uno solo. No supieron cuánto tiempo paso, si fue poco o mucho, eso no importo, después de tantos días sin verse por fin estaban frente a frente. Mia abrió sus brazos dejando que Dany terminara de acercarse a ella y entonces se abrazaron "Por favor no me dejes de nuevo"

"No lo haré" Le respondió la rubia en forma de juramento, de esos que sabes que jamás se romperán.

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