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Después de bajar del avión, termino en la zona de recogida de maletas. Tras haber estado esperando cosa de media hora a que saliese mi maleta, me acerco a el que parece un trabajador, y mediante señas que pretenden representar a una maleta, le reclamo que aún falta la mía. Asiente con la cabeza y se va. Espero que ahora no se le ocurra dejarme aquí tirada, sin maleta, sin saber japonés, y sin nada.

Al fin vuelve con mi maleta perdida, y después de expresarle de mil maneras mi agradecimiento, me alejo arrastrando la maleta, a la que le han roto una rueda. Mientras ando oigo un ruido de traqueteo, que me pone nerviosa y no me deja andar tranquila.

Al fin consigo salir del aeropuerto, no sé cómo, pero lo consigo. Cojo un autobús que tiene pinta de ir a la ciudad, y me apoyo en los cristales. Saco un mis libros del instituto para repasarlos un poco por encima, pero con el constante movimiento del autobús y con lo negado que parece el conductor para conducir sin marear a nadie, lo encuentro imposible.

*******

Llego a lo que parece la ciudad, y comienzo a andar por una gran calle. Decido preguntar mediante señas a ver dónde se encuentra el instituto al que quiero ir. Creo que la gente debe de entenderme algo, gracias al papel donde tengo apuntado el nombre del instituto, porque si no... Creo que ni si quiera habría salido del aeropuerto.

Paro a varias señoras y señores por la calle para pedirle direcciones e intento guiarme gracias a ellas.

No entiendo por qué me tuvieron que dar a mí la beca para estudiar en el extranjero. Si a mí me bastaba con la beca para la universidad de Shanghai, no quería algo tan lejano. Me repito, es una estrategia para que no les haga sombra a los demás estudiantes.

Después de preguntarle a un señor más, llego a una calle ancha y paso por delante de una gran verja con un logo en forma de relámpago, y luego veo los caracteres del nombre del instituto. Los comparo con los de mi hoja y veo que son idénticos. Aunque, yo diría que el instituto que vi por internet no era tan hortera como este. Paso por la entrada y miro a todos los lados. Anda que poner un rayo como logo de un instituto...

Lo primero que veo es un gran patio, muy muy grande, con muchas pistas de tenis, atletismo, fútbol, baloncesto... muchos deportes. Y en frente, el edificio.

Bajo una cuesta y cruzo el campo de fútbol distraída en mis pensamientos pesimistas y negativos de que la beca era una mala idea.

De repente oigo que alguien grita algo, y veo una pelota que se dirige a mí a gran velocidad. Me aparto lo más rápido que puedo para que no impacte contra mí. Miro al chico que ha lanzado la pelota. Es un chaval con cara de preocupación que lleva una cinta naranja. Parece agradable y preocupado por el casi accidente.

Lo saludo con una sonrisa, y comienza a hablarme en japonés.

—Holaaa, perdón por el balonazo, cuando había chutado no había nadie. Discúlpame —y se inclina para disculparse.

—Tranquilo, no pasa nada —le sonrío—. No es la primera vez que me pasa. ¿Juegas al fútbol?

—Síi, soy del equipo de fútbol. ¿Y tú?

—No, no sé nada, la verdad, pero me gusta verlo. Me encantaría aprender.

—Cuando quieras te enseño.

—¡Estaría encantada!

Entonces vienen otros chicos más en chándal, todos con el mismo, y se acercan a nosotros.

MARK:

—Lo siento de veras, ¿estás bien? Ha sido un accidente. Pensaba que la pista estaba vacía.

—Tranquilo, no pasa nada. ¿Chutas bien?

—Más que a chutar, me dedico a parar balones.

—Aaah, así que eres un portero.

—Exacto, pero también me gusta chutar.

—¡Qué bien!

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Holaaa^^

Pues aquí tenemos el primer capítulo de esta historieta en la que nadie entenderá a nadie. Ya hemos visto la conversación real de cada uno de los dos. No se parecen en nada, absolutamente nada jajajaaj..

Bueno, pues muchas gracias por leer, y hasta otra.

Inazuma Eleven - ¿A dónde vas? Manzanas traigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora