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Subimos unas escaleras y cada uno comienza a ir por su lado. Yo me quedo perpleja, al imaginarme la situación en que me quedaré si todos los chicos se van. 

Llamo a Harley, el que más cerca de mí está, y le pregunto a dónde van. 

—Cada uno a su clase. Deberías buscar la tuya, Nang. 

—Muchas gracias, Harley, te haré caso. 

Y con un movimiento de mano, me despido de él. 

Narra Harley: 

—¿A qué hora entrenáis, Harley? 

—Después de las clases, sobre las cuatro. Nos vemos allí, ¿no, Nang? 

—Ah, de acuerdo —responde ella—. Nos vemos más tarde, Harley. 

Narra Nang: 

Me cruzo a una profesora que me mira raro, así que decido no pararla, para que no me mire aún peor. La siguiente profesora que me cruzo por el edificio parece más agradable, así que esta vez sí que la paro. 

—Buenos días, profesora. ¿Podría ayudarme? 

—Claro, jovencita. Dime qué quieres. 

—¿Me puede indicar dónde está la secretaría? Es que soy nueva y no me aclaro muy bien con el idioma —le pregunto con cara de buena. 

—Ah, claro, tú debes de ser esa alumna de beca que han enviado. Sí, la secretaría está en el siguiente piso —señala al techo con un dedo—, y luego a la derecha la encontrarás —hace señas para explicarse mejor. 

—Oh, muchas gracias, profesora. Hasta luego. 

Y me despido de ella alegremente. Diga lo que diga Jude, yo creo que me manejo razonablemente bien con el idioma. 

Narra la profesora: 

—Buenos días, profesora. ¿Podría ayudarme? —me pregunta una chica con ceño fruncido y cara de preocupada. 

—Claro, cómo no. Dime en qué te puedo ayudar. 

—¿Me podría decir dónde están los baños? Es que soy nueva y no me oriento bien en el instituto —la joven habla chino, no la entiendo. Pero a juzgar con su cara, tiene ganas de ir al baño. 

—Ah, claro. Siempre pasa el primer día, no te preocupes. Mientras no te pierdas... Sí, los baños están en el piso de arriba, a la derecha, verás unas plantas. Detrás hay un pasillo y una puerta. Ahí están los baños. 

—Muchas gracias, profesora. No sé qué habría hecho sin usted. 

Narra Nang: 

Subo las escaleras y tuerzo a la derecha, tal y como la profesora me ha indicado. No sé cómo me las arreglo para subir las escaleras con la maleta a cuestas. Debería de haberla dejado en la residencia antes. Bueno, cuando llegue a la secretaría les preguntaré lo de las clases y a ver dónde está la residencia de estudiantes. 

Veo unos arbolitos en macetas, y después, un pasillo. Supongo que será ese el despacho del director. Llego a la puerta y toco un par de veces. Como no oigo ninguna voz que me invite a pasar, abro la puerta, pensando que quizás no me haya oído.

—¡¡¡Aaaah!!! ¡¡Ostia!! 

—¡¿Qué hace esa mocosa ahí mirando?! 

—¡¡Que alguien la eche!! 

—¡¡Joder, fueraaa!! 

—¿Desde cuando son las tías las que acosan? 

De repente me paralizo al ver detrás de la puerta a unos cuantos chicos en el baño, algunos saliendo del váter, otros lavándose las manos, otros haciendo otras cosas... 

E inmediatamente cierro la puerta de un portazo y cruzo el pasillo corriendo como nunca lo he hecho. 

Me paro al de unos segundos de correr y tomo aire, mientras me apoyo en la pared. Me he quedado bastante traumatizado. 

Por casualidad, veo enfrente de mí una pequeña oficina con ventanas de cristal. Esta vez sí que tiene que ser la secretaría. 

Y anda, que la profesora me ha mandado a los baños de los chicos a propósito... Me acordaré de esta, ya verá. 


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 Holaaa^^ Bueno, otro capítulo más. Espero que os guste, me quedé sin ideas, pero espero haber retomado un poco el hilo principal. Hacía tanto que no subía...

Inazuma Eleven - ¿A dónde vas? Manzanas traigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora