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Érase una vez, hace mucho tiempo, dos reinos realmente diferentes y particulares, los cuales eran pésimos vecinos. La discordia existente entre ellos era tan marcada, que se decía que solamente un gran héroe —o un terrible villano— podría llegar unirlos. 

En uno de los reinos, vivían personas comunes que eran gobernadas por un rey ambicioso y deshonesto; por siempre insatisfechos, ellos envidiaban la tierra y belleza de sus vecinos. Pues, en el otro sector conocido como el Páramo, habitaban toda clase de criaturas extrañas y maravillosas; quienes no necesitaban rey o reina, dado a que confiaban los unos en los otros con plenitud.

Dentro del Páramo, en un imponente árbol que se hallaba junto a un enorme acantilado, vivía uno de todos estos espíritus; podría parecer un simple niño a primera vista, pero no lo era realmente. Él era un hada, y su nombre era YoonGi.

Él adoraba el lugar en el que habitaba, así como también tenía un vínculo especial con todas las criaturas. Debido a su inteligencia, poder y fuerza; YoonGi —a pesar de tener una corta edad— era un ser que cumplía con un papel de suma importancia, dado a que era unos de los encargados de proteger el reino.

En un día como cualquier otro, se encontraba sobrevolando el Páramo y disfrutando de la sensación del viento contra su rostro. Pero, no mucho tiempo después y de casualidad, pudo notar que una importante cantidad de hadas se encontraban agrupadas a un lado del lago, hablando con una evidente preocupación.

Descubrieron a un humano robando en el pozo de las joyas —le dijo una de ella con preocupación y bastante alarmada, una vez que el pequeño de doce años descendió y se posó ante las implicadas.

Al escuchar aquello, YoonGi se mostró realmente consternado por unos momentos, pero no tardó en recobrar la razón y despegar de manera repentina, para después comenzar a volar hacia el pozo de las joyas y lograr así evaluar lo que sucedía por cuenta propia.

Cuando llegó al lugar, se ubicó frente a la entrada de la cueva que llevaba al pozo. Entonces, pudo notar que también se encontraban dos del resto de los guardianes, quienes eran seres de gran tamaño y estaban conformados por ramas de árboles. Eran parte de los más de respetados y representantes de las criaturas oscuras, quienes resultaban ser a los que más temían las personas.

YoonGi decidió permanecer en su lugar y comenzar a hablar en voz alta, animando al humano a salir de su escondite y presentarse ante ellos. El chico le respondió algo que no llegó a comprender del todo, pero sí le fue posible percibir el gran temor que se hallaba presente en el tono de voz del intruso.

Después de insistir por unos momentos y asegurarle al humano que no le harían daño, YoonGi pudo lograr que el chico comenzara a caminar lentamente hacia el exterior, de manera bastante insegura y temerosa. No le sorprendió aquella actitud, dado a que las criaturas oscuras aún permanecían a su lado y parecían estar alertas.

¿Quién eres? —le cuestionó al castaño.

Yo me llamo NamJoon. —El chico seguía mirando con desconfianza a las otras criaturas, mientras intentaba mantener una distancia prudente—. Soy Kim NamJoon.

El niño parecía tener la misma edad que YoonGi, quien supo que aquel humano no representaba ningún tipo de amenaza verdadera para el Páramo. Por lo cual, tras hablar —unos instantes— con las criaturas oscuras, se comprometió a escoltar a NamJoon hasta los límites del reino por cuenta propia.

𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌 ♡ : KOOKGI / NAMGI. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora