el burdel de las parafilias (2)

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Nota; ya que les gusto mucha la idea y a mi me encanto :)) sigamos con esta creepypasta

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Lolicon8: Sé de un lugar donde puedes cumplir tu fantasía.

Putrid-doll: ¿En serio? ¿Dónde?

Lolicon8: En el centro, es un burdel clandestino.

Putrid-doll: ¿Un burdel? ¿Y cuánto cobran? Sabes que aún dependo del dinero de mis padres.

Lolicon8: No te preocupes por el dinero, digamos que pagas en especie…

Putrid-doll: Eso no suena bien…

Lolicon8: ¿Qué tanto deseas hacerlo?

Putrid-doll: Touché, valdría la pena aunque terminara como la chica de réquiem por un sueño.

Lolicon8: Sólo un consejo… Excédete, desquita tu pago al máximo y no te arrepentirás.

Putrid-doll: Me conoces, sabes que lo haré, dame la dirección.

Se la escribió enseguida con una breve descripción del lugar y le indicó que preguntara por Liss. Tras pocos minutos de charla intrascendental sobre sus filias, ambos se desconectaron.

El seudónimo “Putrid-doll” pertenece a Jennifer Díaz, una adolescente de quince años. Decir que es aficionada al gore sería poco, lo indicado sería decir que tiene una obsesión con él; está suscrita a cuantas páginas al respecto ha encontrado y no simplemente disfruta mirar personas cortadas en dos, decapitadas o con la materia gris fuera del cráneo, sino que le genera una seria excitación.

Creyó que todo se limitaba al morbo, sin embargo, comprobó lo contrario durante una visita escolar a la morgue. Tras algunos minutos de contemplación de aquel cadáver masculino con los intestinos expuestos, tuvo que correr al baño a masturbarse para no saltar sobre él y su verdusco cuerpo.

Al leer las palabras de Lolicon8 (no tenía ni la más mínima idea de cuál era su nombre verdadero) supo que tendría que visitar aquel lugar esa misma noche.

Guardó en su mochila una serie de artículos que pensó que podría utilizar: un atuendo de dominatrix, un par de botas de piel con plataforma alta y su amada katana sumamente afilada que su madre no consiguió prohibirle comprar.

Esperó a que sus padres se durmieran y salió sigilosamente por la ventana, como tantas veces lo había hecho antes cuando deseaba irse de juerga sin su consentimiento.

Le resultó sencillo localizar el viejo edificio con la descripción de Lolicon8, habló con la anciana, cruzó por el pasillo abandonado y descendió las escaleras encontrándose con la orgía.

Ya que no poseía una buena vista, se acercó a observar de cerca aquella masa gimiente. Penetraciones por aquí, lengüetazos por allá, sin duda resultaría excitante para un visitante común, pero era demasiado ordinario para su gusto.

Una atractiva joven de escasa vestimenta se acercó a ella con una charola repleta de dulces, lo cual le resultó bastante curioso en un lugar así, sin embargo, los dulces eran una de sus mayores debilidades.

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