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La noche del sábado pasado desperté en la madrugada porque mi perrito se había subido a mi cama y me estaba lamiendo la cara, me lamía y hacía sonidos de lamentos, de tristeza como cuando pide comida o algo así . Le dije: "¿qué quieres, mi chiquito?" Pero al encender la lámpara de noche, me di cuenta que mi perrito no estaba en mi cuarto. Mi perrito dormía muy placenteramente en su camita, en la cocina..."

Historias cortas de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora