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En el edificio donde estoy no es del todo una prisión siempre y cuando lleguemos a nuestros dormitorios podemos ir a donde queramos, recuerdo lo mucho que le rogué a mi mamá estar aquí y persegui una beca inalcanzable, solo conseguí la del 70% y tengo que pagar lo demás.
Tengo un trabajo en una cafetería donde me enamore de todo, y supongo que me pagan bien, no me doy todos los lujos pero unos cuantos si.

Hoy en el trabajo me tocaba estar en el área de frios, mi parte favorita, siempre que estoy ahí no dudo en hacerme un frappe.

-Oye puedes quedarte sola un momento? En lo que voy al baño-Dice mi compañera.

-Si por supuesto- le digo.

Al estar limpiando la barra con el trapo tiro la canela al piso, gracias a dios no se tiro toda pero aun así tengo que limpiarla lo bueno es que no llegan clientes a esta hora.
Me agachó con una franela para juntarla del suelo y no meterme por la escoba y perder tiempo, para mi suerte suena la campanilla de la entrada.

-Hola, bienvenido en seguida lo atiendo. - Digo automáticamente.

-Si, claro. - Su voz gruesa y profunda tanto que podría ser llevada por el viento.

Me levanto y lo veo, es el el chico de ayer con todos sus anillos y sus esclavas en las muñecas. Hoy lleva un pantalon de mezclilla color negro y una camisa de vestir descuidada con las mangas aremangadas y un par de botones de arriba desabotonados haciendo visible una parte de su pecho, pero lo que me deja sin habla son sus ojos y los veo tan profundamente que me pierdo en ellos, podrían ser pupilentes? No sé se ven tan reales, pienso.
Esta enfrente de mi el chico de esta mañana.

-Tu -Me dice y sus ojos pasan a segundo plano cuando veo sus labios moverse.

-Yo? - Respondo después de 3 segundos.

-Si, tomaras mi orden o no? - Me dice con un tono grosero.

-Claro, que será para ti? - Respondo nerviosa.

-Un americano negro y leche con espuma.

-Si, a que nombre el pedido?

-Helio, a si y sin canela - Dice apoyándose a la barra de lado y sacando su móvil, lo veo y me quedo ahí parada notando como sus brazos se marcan al apoyarse.

-Que pasa? - levanta la vista de su celular.

-Es que a mi me gusta la canela - Respondo nerviosa - y te lo recomiendo con canela - agregó después de una pausa, igual ya quede como estúpida.

Hace una pequeña sonrisa de lado y aun asi noto sus dientes blancos mientras mira el desastre del piso.

-Sin canela por favor y es para aqui -Me dice.

Mierda se lo tomará aquí, soy un manojo de nervios, donde se sentará? Espero y no sea cerca de la Barra.
Mientras coloco la leche para cremarla se sale un poco y ruego en que el no haya visto.
Despues de un par de segundos se va a un pequeño sillón de cuero color café oscuro en la esquina de la cafetería. Se sienta y sube su tobillo a la rodilla y el brazo que tiene recargado lo dobla para llevar su mano a la frente y apoyarse. Y se ve como de esos empresarios de la revista Forbes.

Ya que esta listo, pronunció su nombre con demasiada timidez que incluso mi compañera que ya salió del baño me voltea a ver extrañada.

-He... Helio? Americano y espuma! - Digo volteandolo a ver, se levanta y con pasos firmes va hasta donde estoy sin dejarme de ver directamente.

-Bonito corazón, pero dije sin canela.

-Que?! - volteo a ver el vaso y ahí esta el corazón que hacemos con canela a las bebidas calientes, siento como mis mejillas comienzan arder y estoy segura de que se pusieron rojas.

-No te preocupes, será bueno probar algo nuevo. - Me dice.

-No, para nada. Enseguida te doy otro. - le digo tomando el vaso Y el deja de insistir.

Se vuelve a sentar donde mismo y le preparo su bebida, pero que tonta debi ponerle canela por costumbre.
No soy capaz de volverle hablar así que se lo pido a mi compañera.

-Aquí tienes. - le digo entregándole el vaso.

-Gracias- pronuncia mientras suena su teléfono. Y contesta regresando al sillón.

Después de 15 minutos de seguir hablando por teléfono se para y se va y yo siento que puedo respirar.
Hoy le toca recoger las mesas a mi compañera y limpiarlas siempre y cuando se desocupe del todo asi los clientes no sienten que los estamos corriendo. A mi me toca acomodar varios estantes.

-Oye Stela, quien es ese chico? - me pregunta mientras acomodo las esencias.

-No tengo idea- Respondo y me hago la desinteresada.

-Bueno, lo debiste de atender bien -
Me contesta.

-No, pero que dices?! No recuerdas que le debi hacer otra bebida? Ahora tendré que tomarme esa horrible cosa y muero por un frappe.

-Bueno podrás comprarte los que quieras o por lo menos hoy, dejo esto. - se acerca a la barra y pone algo en ella.

-Que? Ay no!. - lo que veo en la barra me da tanto asombro que no se como reaccionar son 20 dolares y una nota que dice "Pará la niña de las megillas rojas"

-No creo que sea para mi, yo no lo atendí y tu te pones roja con cualquier cosa. - me dice con una sonrisa.

-No puedo creerlo, ni siquiera lo conozco. - Terminó diciendo y lo tomó para guardarlo en mi mochila.

Después de pensarlo lo cual no me llevo tanto rato, decidí regresarlo aunque mi compañera dijera lo contrario. Solo tendría que verlo en la escuela y regresarselo, aunque que hacía con la nota? Esa también se la regresaba o solo el dinero?.
Veamos, si le regreso el dinero y no la nota pensara que me gusto la nota y la quiero conservar, pero si le regreso las dos pensara que no quiero nada que ver con el y es verdad pero también me da mucha curiosidad.
De lo que estoy muy segura es que no puedo aceptar tanto dinero.

Sin saber que hacer aún así termina mi jornada y me llega un mensaje de Beth donde pone:

"Paso por ti a las 10:00pm, ponte guapa iremos a un lugar que acaba de abrir, es momento de darle celos a Sam y no se vale decir que no. Siempre juntas."

Y respondo lo siguiente:
"Siempre juntas"
No a menudo lo decimos pero si cuando necesitamos de todo nuestro apoyo, es como un tipo de recordatorio de que al final solo nos tendremos a nosotras.
Y para ya voy con solo 2 horas para arreglarme.

Campo De Flores Y SolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora