CAPITULO 1: ¡Tú! ¡Mí Cámara!

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Primavera. La mejor época del año en Seúl y porque no decirlo, todo Corea.

Las flores de cerezo están en pleno esplendor, las calles rebosando de ellas, viéndose igual que cuadros perfectos de cuento de hadas. No había ni una sola persona que no aprovechara esa época del año para salir a las calles y tomarse al menos una foto al lado de un cerezo y sus maravillosos colores en rosa pastel y blanco marfil.

La ciudad se llenaba de vida después del duro invierno y era la época perfecta para tomar unas increíbles fotos.

Si le preguntaban a SeungMin, todo el año era perfecto para tomar fotografías, cada estación teniendo un toque único e irremplazable; pero primavera y lo cerezos simplemente era un evento que no deseaba perderse.

Cursando su tercer año de fotografía en el Instituto de Artes de Seúl, SeungMin disfrutaba cada momento libre que tenía para tomar unas fotografías. Le apasionaba en extremo, sobre todo el capturar la vida misma de la ciudad, de la gente en encuadres sencillos pero que destacaban su esencia. Movimiento, una expresión, una mirada, un gesto, el obturador sonando una y otra vez hasta tener esa toma que se destacaba del resto, ese instante quedando paralizado en el tiempo.

Irrepetible. Único.

Eso era lo que amaba de la fotografía. Como dicen, ningún momento es igual a otro, pero con la fotografía podías capturar ese único gesto y perdurarlo infinitamente a través del tiempo. Podías mostrarle al resto del mundo lo que tus ojos vieron y ellos no tuvieron la oportunidad de ver.

Es la forma más pura de comunicar al resto lo que tus ojos observan.

Se podría decir que su pensamiento era poético o hasta idealista, pero SeungMin le gustaba esa sensación de hacer llegar, por medio de sus fotos, instantes únicos, irrepetibles y con el sello distintivo de que fue capturado por sus ojos a través de una cámara. Un evento que podría haber pasado desapercibido para otros, pero no para él.

Es así, que esa tarde de sábado se encontraba en un parque a solo un par de cuadras de su departamento. No era un parque de gran tamaño o con bellas vistas como el parque Yeouido Hangang en la ribera del río Han; pero era mucho menos frecuentado. Estando en plena floración y sobre todo en fin de semana, los grandes parques eran inundados por turistas y era difícil tomar buenas fotos. Personalmente, a SeungMin no le agradaba tomarle fotos a multitudes, que se aglomeraban alrededor de los árboles como abejas en un panal de miel; sino todo lo contrario. A él le gustaba la simplicidad de una o dos personas. Un pequeño grupo de niños, quizás, pero una muchedumbre de adultos, definitivamente no.

Era demasiado bullicio y le impedía concentrarse. Sentía que simplemente no podía lograr una buena foto en medio de ese caos.

Por esas razones es que había optado por ese parque más familiar y tranquilo al interior de Seúl. Tenía cerezos y su belleza era igual de única, además que le servía perfectamente como trasfondo para la sesión de fotos que llevaría a cabo al día siguiente.

Felix, uno de sus amigos más cercanos, pronto cumpliría un año con su novio ChangBin, por lo que le había pedido una sesión de fotografía para plasmar el momento y mantener el recuerdo.

SeungMin había aceptado sin pensárselo.

Por lo mismo, es que había decidido que ese parque era ideal para la sesión, ya que al ser menos concurrido obtendrían mayor privacidad, eso facilitando bastante las cosas. Felix no era precisamente tímido, pero estaba bastante seguro que tendría mayor fluidez con su pareja sino se sentían observados o con presiones de algún tipo. Quería que estuvieran cómodos, sonrientes, despreocupados y disfrutando de los cerezos.

Fotografía Por Accidente [SeungJin/HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora