7 minutos.

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Eren sonrió y asintió con la cabeza como gesto de respeto. Jean abrió la boca sorprendido mientras te miraba y se echó hacia atrás para apoyarse en sus manos, seguramente se había mareado. Marco, Sasha y Connie comenzaron a reírse y a rodar por el suelo por lo que acababan de presenciar.

Marco: Connie, como sigamos sacando juegos del sombrero sé quiénes acabarán pasando 7 minutos en el cielo.

Inmediatamente Connie dejó de reír y os observó. Te quedaste petrificada.

Eren: Por mí vale.

Jean: Connie, no -dijeron a la vez.

Connie: Si quieres que T/n pase 7 minutos a solas con Eren no voy a ser yo quien lo impida.

Jean: ¿Qué? ¡No!

Tú: ¿Alguien me quiere tener en cuenta? Nadie me ha preguntado a mí.

Sasha: Porque sabemos que quieres -la fulminaste con la mirada.

Tú: No he dicho que haría un trío con ellos, he dicho que haría un trío -"con ellos", pensaste- ¿Por qué no haces tú un 7 minutos con Connie, eh?

Sasha: Porque serían 7 minutos aburridísimos jugando a piedra, papel o tijeras y él acabaría tirándose de los pelos por perder siempre. O sea, no se tiraría de los pelos literalmente porque le es imposible, pero ya me entendéis. 

Tú: ¿Y en qué armario lo haríamos, eh? No hay ninguno en esta casa que sirva para meter a tres personas, dudo que haya uno en el que quepan dos a gusto.

Connie: Podemos usar la cocina.

Todos girasteis la cabeza hacia la estancia que acababa de mencionar, era una cocina con una gran puerta corredera que desde luego no taparía el sonido.

Eren: ¿Oye, no serás voyeur? Porque veo poca intimidad -rio esperando una respuesta.

Marco: Ey, yo tengo auriculares, si cada uno tiene los suyos podemos escuchar música para no enterarnos de nada.

Tú: ¡Aún no he dicho que sí!

Sasha se levantó de golpe, levantó los brazos y miró al techo.

Sasha: ¡Decidido! La cocina es el nuevo armario.

Te morías de ganas por estar con esos dos, pero querías estar mucho más que 7 minutos y desde luego no querías público.

Tú: Escuchad, si nos metemos los tres en la cocina... -Jean te miró asustado y Eren te observó atento, le devolviste la mirada al último- Y no he dicho que vayamos a hacer nada... -puso los ojos en blanco y Jean suspiró aliviado- ¿Dejaréis de meteros conmigo por este tema? Para siempre.

Jean: Y eso también va por ti, pecoso -dijo en dirección a Marco, que también solía meterse con Jean cuando estaban a solas.

Connie y Marco se pusieron de pie junto con Sasha y los tres se llevaron el brazo izquierdo a la espalda y el puño derecho al pecho.

Connie, Sasha y Marco: ¡Lo prometemos!

Adorabas ese gesto. Siempre quisiste apuntarte a la Legión de Reconocimiento pero tus padres prefirieron que fueras de las Girl Scouts, la competencia, porque decían que en la Legión las chicas eran poco femeninas.

Los tres fueron a buscar auriculares para conectarlos a sus móviles. Eren se frotó las manos y se levantó del suelo, te ofreció la mano para ayudarte a levantarte pero le indicaste con la mano que no hacía falta. Miraste a Jean, que estaba cabizbajo. 

Tú: Eren, ve hacia la cocina, ahora vamos.

Se metió las manos en los bolsillos y asintió obedeciendo.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora