¿Verdad o reto?

El último juego (Parte 2).

Abrió la puerta de su cuarto con torpeza, cosa que hizo que se tropezara y tú te soltaras para evitar la caída de ambos. Vuestras caras se encontraban muy cerca y sonreísteis al pensar que casi acababais en el suelo.

Se quitó la camiseta y empezó a empujarte hacia su cama, te sentaste en ella cuando la notaste con tus talones y él se sentó encima de ti para volver a saborear tu boca nuevamente. La sensación que te evocaba ese chico era embriagadora y te dejaste caer hacia atrás, él sin despegarse de ti. Aprovechó que estabas tumbada para ahondar una mano por debajo de tus pantalones, pasando los dedos suavemente por tu clítoris.

Jean llegó y dejó las botellas al lado de la cama, Eren se apartó para dejarle paso y encender una lamparilla para tener un poco de luz. Tu amigo se puso a tu lado para besarte y con una mano empujaste su hombro para que quedara totalmente tumbado y subirte encima de él. Él no se quedó quieto y se incorporó ligeramente para sentarse al borde de la cama. Quitaste su camiseta y volvisteis a juntar vuestros labios, notabas su erección en tu entrepierna y temías que tus pantalones fueran a mancharse, pero no podías parar, lo necesitabas.

Te habías olvidado de Eren cuando de repente notaste que se había colocado detrás de ti y sus manos estaban rozando tu cintura para subirte la camiseta. Te separaste de Jean para ayudarle a quitártela y un calor abrasador emanó desde tu bajo vientre hasta la cabeza cuando los labios de Jean capturaron uno de tus pezones. Gemiste ante el tacto de su lengua y Eren te agarró de la mandíbula para que tu cabeza quedara hacia arriba y facilitar el verte la cara.

Por su mirada, su boca semiabierta y sus movimientos pudiste notar que estaba masturbándose.

Jean te tiró a la cama boca arriba y se apartó para quitarse los pantalones, mientras Eren se subía justo encima de ti sin apartar su mano de su erección.

Eren: Deja de mirar tanto y quítate la ropa.

Bajaste tus pantalones con dificultad, ya que Eren seguía encima, y fue en ese momento cuando te diste cuenta de que él ya estaba desnudo.

Antes de que pudieras reaccionar, bajó su cara hacia el interior de tus muslos y dio un par de mordiscos suaves, agarraste su pelo deseando que subiera su boca un poco más, "un poco más arriba y entraré en el puto cielo". 

Eren: Te dije que te hubieran gustado los mordiscos.

Jean: Mejor aquí que delante de todos, ¿verdad?

Jean se colocó a tu lado y agarró uno de tus pechos al mismo tiempo que besaba con desespero tu cuello. Te querían para ellos y tú ibas a darles lo que quisieran.

Ya notabas el aliento de Eren recorrer un camino entre tu entrada y tú clítoris, rozando con sus labios, abriste más las piernas y no pudiste evitar levantar las caderas, mostrando que lo deseabas.

En ese momento su lengua encontró tu clítoris y empezó a dar vueltas con la lengua sobre él, succionando levemente. Apretaste el puño que tenías puesto sobre su pelo y con la otra mano decidiste masturbar a Jean. La sensación de lo que pasaba dentro de la boca de Eren, junto con tu clítoris hinchado y palpitando por la excitación, te hacían pensar que no ibas a durar mucho esa noche, "definitivamente esto es el puto cielo", pensaste. Vuestros gemidos invadían el cuarto.

Una de las manos de Eren se clavaba en tu muslo mientras su boca seguía explorándote. Jean movía las caderas al compás que marcaba tu mano, con su boca apretada y ojos cerrados.

Eren: No aguanto más, joder.

Te agarró por la cintura y te colocó arrodillada en el suelo, abrió un cajón y sacó un preservativo para Jean, que ya se había colocado detrás de ti.