Capítulo 5.

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[FOTO DE JAMES, ALBUS, ROSE] ignoren a los demás e imaginen que ahí están Fred, Lysander, Lorcan y Annaissa (Y que Rose es más pequeña).

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NARRA ANNAISSA:

-¿Deberíamos despertarla? —susurra alguien. Fred.

-Supongo, a menos que tú la quieras aguantar cuando se queje que se le hizo tarde —le contestó Rose.

-Entonces ¿Quién lo hace? —preguntó el pelirrojo.

-YO—gritó Lorcan- Solo esperen un momento —pude escuchar como salía corriendo de la habitación.

-Bueno voy a terminarme de alistar —dijo Lysander.

-Yo te peino —dijo o mejor dicho, ordenó Rose.

Estaba a punto de abrir los ojos para levantarme y alistarme para las clases cuando escuche un comentario.

-Se ve tan angelical —murmuró Scorpius. Y pasó. Me ruborice.

Para disimularlo fingí despertarme e inmediatamente mis ojos conectaron con los de Scorpius.

-Ya llegue —gritó Lorcan entrando con un melón en sus manos haciéndome perder el contacto visual con Scorpius- Oh... Ya la despertaron —dijo con un puchero al ver que ya estaba despierta.

-Si he, buenos días —dije.

-Buenos días —canturreó Rose saliendo del baño.

-Que bien que despiertas ya levanta para alistarte —me dice Lysander que tiene su pelo recogido en un lindo moño.

-Enseguida me cambio, vayan adelantándose ya los alcanzo yo en el comedor —les dije. Necesitaba estar sola para poder alistarme como es debido.

-Vale, pero te apuras. No querrás empezar tu primer día de clases con el estómago vacío —me dijo Albus.

-Claro eso sería terrible —digo dramáticamente.

Los chicos salen de la habitación dejándonos a Scorpius, Michael y a mi solos.

-Si quieres te espero —me dijo educadamente Scorpius.

-No es necesario en serio, de todos modos no voy a tardar —le digo.

-Vamos Scorpius, es una chica necesita su privacidad —le dice Michael empujándolo hacia la puerta- Tengo 4 hermanas, yo sé todo acerca de eso.

Me río para mis adentros. Me cae bien Mike.

-Vale, estaremos en el comedor por cualquier cosa —me dice Scorpius. Sonrío tímidamente por su amabilidad conmigo.

-Gracias. Enseguida los alcanzo —le digo antes de que cerraran la puerta.

Estando ya sola abro mi baúl. Saco el uniforme que deje hasta arriba y rebusque en el fondo para encontrar mis armas/accesorios.

Me cambio mi pijama por el uniforme junto con mis botines y me pongo las pulseras de plata, mi látigo electrum, un cuchillo serafín enfundado en mi pierna y otro en mi cadera, unos cuantos cuchillos en mi botín -obviamente en un mini compartimiento, no soy tan tonta para correr el riesgo de enterrármelo en el pie- y me aplico de nuevo el glamour para ocultar mis runas. Y estoy lista.

Ugh. Mi cabello, se me olvidaba.

Aunque sea lacio "baba" se enreda demasiado, ahora parece un nido de ratas de Nueva York. Sip, así de salvaje.

Me lo desenredo como pude y me hago rápidamente una trenza de pescado. Normalmente lo traigo recogido ya que en el momento de una pelea no es recomendable traerlo suelto.

La leyenda de los HerondaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora