Capítulo 2.

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NARRA ANNAISSA:

Desde que llegó la carta de Hogwarts, mi padre, que es como mi entrenador, me ha hecho entrenar por lo menos 8 horas diarias. No me quejo ya que debo de estar bien preparada y él, tanto como yo, no queremos que pare con mi entrenamiento, ya que quiero ser una de los mejores cazadores de sombras en la historia de los Nefilim como los son mis padres, mis más grandes ídolos.

Mañana es cuando me voy a Hogwarts y estoy súper emocionada. La verdad que es muy importante para mí esta oportunidad y no pienso desaprovecharla.

-Tranquila Annie, se que estás emocionada pero si no te controlas vas a destruir todo el Gard-me dijo Max, mi primo y mejor amigo, hijo de mi tíos Isabelle y Simon.

-Es que estoy muy emocionada -le digo mientras sigo entrenando. Max me ha estado acompañando a algunos de mis entrenamientos durante las vacaciones, como en estos momentos, para que no me emocione de más y haga algo tonto, según él.

-¿Sabes a quién me recuerdas con esa energía? -me pregunta.

-Haber cuenta -me paro y lo miro fingiendo interés aunque obviamente sé que me va a salir con una tontería.

-Me recuerdas a una ardilla -me responde y yo ruedo los ojos. Max tiene mucho interés en las costumbres y expresiones humanas cosa que atribuyo a que su padre, Simon, quien antes de convertirse en un vampiro era un tota,l aburrido y feo mundano.

-A veces me pregunto si eres más mundi que cazador de sombras -digo en voz baja para que no me escuchara pero al parecer fallé ya que, si no fuera por mis muy buenos reflejos una funda de espada me hubiera dado en la cabeza y me hubiera caído de la viga del techo en la que estoy. Fulmino con la mirada a Max quien me la devuelve.

Ya estoy cansada de entrenar, empecé un poco antes del mediodía y ya ha oscurecido, así que decido dar por terminado mi último entrenamiento antes de irme. Por la posición de las estrellas y la Luna ya son aproximadamente las 8 de la noche. Sí, mi padre me hizo aprender a leer la posición del Sol, la Luna y los astros para cuando lo necesitara cuando yo tienía 7 años.

Hago un mortal hacia atrás y aterrizo elegantemente en el suelo. Soy genial. Sonrío con suficiencia y me dirijo hacia Max quien está tirado en el piso de madera.

-Eres todo un flojo -le digo dándole una patada juguetona en las costillas.

-Y tú una presumida -me dice siguiéndome el juego tomándome del tobillo y haciéndome caer, estaba tan cansada que me deje y caí encima de él.

-Solo demuestro mi potencial al máximo -le contesto con toda arrogancia. Eso lo saqué de mi padre, una de las personas más arrogantes del planeta.

-Ugh, estás toda sudada -me dice haciéndome rodar a un lado de él. Bufo.

-Ui perdóname que después de estar como 8 horas entrenando no esté como una flor -le digo irónicamente.

-Será mejor que vayamos a casa. Según hoy llega mi madre de su reunión con el Inquisidor y con mi tío Alec y vamos a tener una cena "familiar" antes de que te vayas mañana -se para tranquilamente y me ayuda. Max está un poco deprimido porque me voy, pero como él me conoce sabe que lo importante que es para mí esto así que estoy segura que no está enojado por dejarlo, aunque también yo estoy triste por eso. Él y yo hemos sido inseparables desde los 5 años, y dejarlo tanto tiempo será difícil pero estaremos en contacto y en vacaciones regresaré para ponernos al corriente y todo lo demás.

-Solo espero que no venga Kirth -digo irritada.

Kirth es el hijo de mi tía Maia y Bat, licántropos, es uno de mis mejores amigos pero estoy enojada con él por algo que me dijo.

La leyenda de los HerondaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora